Johannes Kaiser, el ‘Milei chileno’ que está a la derecha del ultraderechista Kast
Friedrich Ernst Kaiser Richter, militante socialdemócrata, abandonó Alemania en 1936 porque el nazismo le resultaba oprobioso. Se instaló en Villarrica, el sur de Chile, a los pies de un volcán. Dos décadas después fue alcalde de esa ciudad. Un hijo intentó llegar al Congreso. No tuvo suerte. Ahora, un nieto que reivindica la prosapia germana, Johannes Maximilian Kaiser Barends, quiere ser presidente en nombre de la derecha más radical. Las encuestas han tomado nota de su ascenso en las últimas semanas. Él dice que si los chilenos votan «con convicción» estará en la segunda vuelta del 14 de diciembre.
[–>[–>[–>Kaiser ganó primero visibilidad como Youtuber y en calidad de hermano de Axel, un popular divulgador de las ideas de extrema derecha a nivel regional. Nacido el 5 de enero de 1976, el candidato del Partido Nacional Libertario formaba parte de los Republicanos, la formación de José Antonio Kast. Pero hasta el mismo Kast constató que alguien podía ser aún más reaccionario en su país al punto de criticar el voto femenino. Antes de ser sancionado por el partido, Kaiser decidió irse y tener la comodidad de embestir contra inmigrantes, defensores de los derechos humanos o simples divulgadores de las agendas de género y ambiental.
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Liberal extremo en lo económico, al punto de ser considerado la copia más genuina del argentino Javier Milei, Kaiser es parte de un proyecto ideológico familiar: de sus cinco hermanos, Leif Magnus integra la Asociación Chilena del Rifle (ACDR), inspirada en el modelo norteamericano, Max Oliver y Etzel Wilhelm se dedican al mundo empresarial, Vanessa Olimpia es la autora de El Progresismo Y La Cultura De La Muerte, y Axel el principal predicador del apellido, azote virtual de la izquierda con miles de seguidores en YouTube y las redes sociales. Ahora, el clan se apuntala en el hermano mayor que en las últimas semanas ha crecido como espuma en los sondeos.
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El candidato libertario no solo reivindica la acción de la última dictadura militar: respaldaría una asonada de esa naturaleza si las circunstancias políticas llevaran a Chile al lenguaje de las armas. Sus partidarios dicen que es un «elegido de Dios» que vino a ese país para zurrar delincuentes o meros sospechosos de serlo, acorralar inmigrantes, abrir los mercados sin ningún tipo de regulación y levantar estatuas de Augusto Pinochet, en caso de acceder al Palacio de la Moneda.
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