Francia y Ucrania acordaron este lunes en París un compromiso político que marca un punto de inflexión en la cooperación militar entre ambos países. Volodymyr Zelensky y Emmanuel Macron Firmaron una declaración de intenciones que prevé, a largo plazo, la compra de un centenar de aviones de combate Rafale por parte de Kiev, además de sistemas de defensa aérea y nuevos equipos estratégicos de fabricación francesa.

El Elíseo describe el documento como un marco concebido para los próximos diez años. Aunque no constituye un contrato inmediato, sí establece las bases para futuras adquisiciones que, de concretarse, transformarían por completo la capacidad aérea ucraniana. La flota proyectada situaría a Ucrania como el segundo país del mundo con más Rafales operativos, sólo por detrás de Francia, cuyas fuerzas armadas cuentan actualmente con 225 aparatos.

El acuerdo incluye la posible compra del sistema de defensa aérea SAMP-T de nueva generación, actualmente en desarrollo, además de radares avanzados, drones y nuevas remesas de Bombas guiadas tipo AASM/HAMMER. París considera este paquete como parte de un esfuerzo conjunto para dotar a Kiev de recursos de largo alcance que fortalezcan su resistencia contra la ofensiva rusa.

El cambio de posición francesa contrasta con la cautela que mantuvo al comienzo de la guerra. Durante los primeros meses del conflicto, el presidente Macron insistió en que la entrega de cazas occidentales podría desencadenar una escalada y fijó condiciones muy estrictas para cualquier transferencia de aviones. Ese enfoque empezó a cambiar en 2024, impulsado por la presión de los aliados europeos y el deterioro de la capacidad aérea ucraniana tras más de tres años de guerra.

Paralelamente a esta declaración de intenciones, Francia ya ha enviado varios Mirage 2000-5 a Ucrania, que empezó a llegar este año. Estos dispositivos fueron adaptados en la base aérea de Cazaux para realizar misiones aire-aire y aire-tierra, e incorporan sistemas electrónicos reforzados contra las interferencias rusas. Los pilotos y mecánicos ucranianos completaron su formación en territorio francés antes de recibir los aviones.

A pesar del entusiasmo generado por el anuncio de Rafale, los expertos franceses recuerdan que Su llegada no será inmediata. La formación de pilotos y equipos técnicos requiere varios años y la propia industria francesa se enfrenta a un ritmo de producción muy ajustado. Dassault Aviation acaba de completar el Rafale número 300 y ha ampliado su capacidad para fabricar hasta tres unidades mensuales en 2026, con un aumento previsto a cuatro en 2028-2029 para satisfacer la creciente demanda internacional.

Ucrania, por su parte, mantiene negociaciones paralelas con Suecia y Estados Unidos con el objetivo estratégico de alcanzar un acuerdofuturo lote de 250 aviones de combate. La declaración firmada en París supone un paso decisivo en ese camino, aunque su materialización dependerá de los futuros contratos y de la evolución del conflicto.

¿Cómo es el Rafale?