Neurociencia y puentes para unir las dos orillas del Mediterráneo
Santiago Ramón y Cajal se encontraba en Barcelona, ocupando la cátedra de Histología de la Facultad de Medicina de la Universitat de Barcelona, cuando en 1888 descubrió que el sistema nervioso se componía de un conjunto de células individuales que se conectan entre sí de manera direccional a través del espacio entre ellas, la base de la neurociencia moderna que le hizo merecedor del Premio Nobel.
[–>[–>[–>Más de 100 años después, en 1995, vio la luz en la capital catalana la Declaración de Barcelona que abrió el camino al Proceso de Barcelona para promover la cooperación entre la Unión Europea (UE) y los países del Mediterráneo, para conectar norte y sur, Oriente y Occidente, para impulsar las relaciones entre Europa, África y Asia.
[–> [–>[–>La casualidad, o no, ha hecho que estos dos momentos históricos hayan confluido este lunes en una nueva edición de European Bridges, la tribuna de Prensa Ibérica y EL PERIÓDICO con Agenda Pública, bajo el título ‘El Mediterráneo como puente y frontera entre Europa, África y Oriente Medio’. En la Sala Ramón y Cajal del claustro de Ciencias de la UB, en el edificio histórico de la universidad decana de Barcelona, se ha hablado de conexiones casi neuronales entre ambas orillas, de los nexos entre personas como uno de los pilares fundamentales de estas relaciones.
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Stefano Sannino, director general para Oriente Medio, Norte de África y el Golfo de la Comisión Europea, ha debatido con Nasser Kamel, embajador-secretario general de la Unión por el Mediterráneo, y Dolors Camats, directora de la Fundació Catalunya Europa, los tres moderados por Gemma Martínez, directora adjunta de EL PERIÓDICO, y Marc López, director de Agenda Pública.
[–>[–>[–>Sannino, uno de los artífices del nuevo Pacto por el Mediterráneo presentado hace un mes por la Comisión, ha puesto el foco en uno de los problemas que durante años ha lastrado estas ‘neuroconexiones’ entre las dos riveras del Mare Nostrum: «Hemos visto el sur como una región de migración y de terrorismo«. Y ha reclamado «un poquito más de humildad» a la hora de establecer acuerdos y no intentar «imponer los valores occidentales». «Tenemos que cambiar el chip», una metáfora más adecuada en estos tiempos de inteligencia artificial. Kamel ha pedido centrarse más en las conexiones, los «puentes«, y no tanto en las «fronteras«, que cada vez se asemejan más a muros y tienen una connotación demasiado «negativa». Y Camats ha lamentado que estos 30 años de Proceso de Barcelona han provocado «bastantes decepciones y frustración«, pero no ha querido hablar de fracaso.
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Italiano versus finlandés
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El diagnóstico de Sannino ha sido compartido por los asistentes, muchos de los cuales asentían con la cabeza. Andrés Perelló, secretario general de Casa Mediterráneo de Alicante, ha dado con la tecla: «No es lo mismo que el director general sea italiano que finlandés. Italia es una potencia que sabe del Mediterráneo». Perelló ha instado a la Comisión Europea a ponerse las pilas para «recuperar el tiempo perdido» y a Sannino, en concreto, a esmerarse para «convencer a la UE de que esta parte del mundo debe emerger». De lo contrario, ha destacado, «fenómenos» como el de la inmigración pueden acabar derivando en «consecuencias» y ser etiquetados como un «problema», algo que él rechaza.
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[–>Nasser Kamel, embajador-secretario general de la Unión por el Mediterráneo, y Dolors Camats, directora de la Fundació Catalunya Europa, debaten con Stefano Sannino, director general para Oriente Medio, Norte de África y Golfo de la Comisión, este lunes durante el foro Puentes Europeos. / JORDI OTIX
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Las diferencias entre los Estados miembros de la UE entre el desafío para la seguridad de la UE que supone la invasión rusa de Ucrania y los retos que plantea la orilla sur del Mediterráneo también han sido motivo de debate. Ana Mar Fernández, catedrática de Ciencia Política y de Administración Pública en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) ha hecho hincapié en ello al subrayar que no se trata de una cuestión de «insolidaridad» respecto de los países nórdicos y bálticos. «En el sur no nos desentendemos, sino que tenemos otras prioridades que también son importantes», ha subrayado.
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Roger Albinyana, presidente del Institut Barcelona d’Estudis Internacionals (IBEI), por su parte, ha llamado a «reforzar la gobernanza de la implementación del pacto» para evitar que el nuevo documento que impulsa Sannino se quede, de nuevo, en un mero desideratum.
[–>[–>[–>A modo de cierre, el moderador Marc López ha llamado a reproducir en Bruselas el mismo debate que este lunes ha acogido la Sala Ramón y Cajal de la UB para «presionar» a las instituciones europeas. Sin embargo, Sannino ha recalcado que también «es importante la dimensión regional«. Como en el caso de las neuronas, todas las dimensiones geopolíticas juegan su papel.
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