Para ser feliz hay que pasar de tener una mente enjuiciadora y arrogante a una mente exploradora, humilde e interesada en preguntar, escuchar y comprender



EL cincuenta Esta es una edad clave para dejar de fumar evaluar dónde se encuentra en el camino y qué dirección quieres tomar en la segunda mitad de tu vida. De una mirada más madura y con mejor autoconocimiento, la quinta década de la vida es buena es momento de observarte, resetearte y ser más consciente.
Sobre eso y sobre Consejos para ayudar a consolidar hábitos saludables en la mediana edad hablamos con elDr. Mario Alonso Puig, médico, cirujano, conferenciante, experto en crecimiento personal y escritor libros como «Reinicia tu mente» Y «El camino de la deserción» (Ed. Espasa).
es hora de revisar tus hábitos
-¿Qué factores afectan más a nuestra salud a los 50 años?
Hay hábitos, como el sedentarismo, la mala alimentación o la falta de sueño, que repercuten muy negativamente a cualquier edad. No creo que los hábitos que perjudican la salud dependan de la edad de la persona. Lo que pasa es que hay una serie de patologías llamadas enfermedades de almacenamiento que suelen aparecer a partir de los cincuenta años. Entre estas condiciones podemos considerar, por ejemplo, determinadas patologías cardiovasculares.
También puede ser que pasados los cincuenta años nos demos cuenta de que mantener determinados hábitos, como el sedentarismo, una alimentación inadecuada o la falta de sueño, empiece a tener una serie de efectos a nivel de flexibilidad, movilidad, cognitivo y emocional de los que antes éramos menos conscientes. A partir de los cincuenta años, una persona puede considerar que ya ha vivido al menos medio siglo y puede empezar a preguntarse si quiere seguir así o cambiar a partir de ahora.
-¿Qué recomiendas para hacer este cambio?
Realiza ejercicios físicos aeróbicos, como caminar, nadar o correr, así como ejercicios con pesas, para aumentar la masa muscular y reducir la carga articular. También es recomendable cuidar el sistema digestivo y su microbiota siguiendo una dieta mediterránea y no comiendo en exceso, además de reducir significativamente el consumo de azúcar, harinas y grasas saturadas.
Dormir es muy importante. Se debe dormir entre siete y ocho horas diarias, porque durante el sueño no sólo se repara el desgaste que sufre el cuerpo a lo largo del día, sino que también se produce una auténtica psicoterapia emocional.
La vida social también es relevante. De hecho, la ciencia demuestra cómo cuidar el círculo de amigos y cultivar los vínculos afectivos alarga los telómeros, situados en los extremos de los cromosomas, con los que las células pueden seguir reproduciéndose y así alargar su vida.
LA IMPORTANCIA DE DORMIR BIEN
-¿Cómo anclar estos hábitos en la vida diaria?
Para crear un nuevo hábito, debes comprender su relevancia y tenerlo presente con regularidad. Hay que empezar poco a poco, y anclarlo en hábitos ya establecidos, para que sea más fácil integrarlo. Al cerebro le gusta un poco de novedad, pero no demasiada. Por eso es tan útil anclar el nuevo hábito que se quiere integrar en un viejo hábito que ya está bien arraigado.
-El sueño es generalmente una de esas bestias de carga que cuesta anclar…
Sí, las preocupaciones familiares o profesionales, el estrés y la ansiedad muchas veces nos privan de horas de sueño, y esto va en detrimento de nuestra salud. Inculcar hábitos de sueño sin robar horas es esencial para prevenir y protegerse de enfermedades.
El periodo de sueño incluye una serie de mecanismos sumamente complejos en los que intervienen factores como el ritmo circadiano o los neurotransmisores. Como ocurre con otros sistemas de órganos, menos horas de sueño pueden significar una menor producción de hormonas sexuales, melatonina, actividad de los genes que reparan el daño celular, así como una menor actividad de los centros que inducen las distintas fases del sueño. En ocasiones, a todo ello podemos sumar la existencia de dolores o problemas articulares, que también perturban el sueño.
-En el caso de las mujeres menopáusicas se producen trastornos del sueño y otras molestias, ¿cómo se pueden minimizar?
Además del asesoramiento oportuno de tu especialista y de mantener hábitos saludables como el ejercicio físico, una buena alimentación con suplementos de calcio y vitamina D o el descanso, es importante aceptar estos malestares como un fenómeno natural en la vida de muchas mujeres. Cuanta menos resistencia mental haya, menos perturbadores serán estos malestares, porque lo aceptado se transforma, mientras que lo resistido se intensifica.
CAMBIOS EN LA MENOPAUSIA
-El cansancio y la falta de energía también son muy comunes…
La mayor parte de la fatiga es atribuible al estrés crónico bajo el que vivimos; y, nuevamente, falta de sueño de calidad. Saber fijar prioridades, aprender a decir no sin sentir culpa, valorar los episodios de recuperación -como el ejercicio físico, el descanso y la meditación- y aceptar nuestra vulnerabilidad como seres humanos reduce esa exigencia de perfeccionismo para conseguirlo todo, profundamente inhumana y causa fundamental en el desarrollo de las neurosis.
La ansiedad y la depresión pueden aparecer a cualquier edad y, por supuesto, a partir de los cincuenta, sobre todo si aún no se ha encontrado un propósito claro en la vida. También la salida de niños que se independizan, o que ya lo han hecho, puede generar el dolor de su ausencia.
Lamentablemente, los talentos senior no se valoran hoy en día y muchas personas mayores de cincuenta años encuentran que la edad se convierte en una barrera para acceder a nuevos proyectos empresariales. Es difícil entender cómo nuestra sociedad no aprecia adecuadamente las contribuciones de estas personas. Por tanto, no es difícil que las personas de esta edad sientan que su autoestima cae en picado.
-¿Un paso para repensar la vida?
Es importante aprender a reinventarse y estar dispuesto a aprender cosas nuevas, como empezar tus propios proyectos, por muy difícil que nos parezca.
Cualquier persona de cincuenta años tiene fácilmente entre treinta y cuarenta años de vida por delante. Es mejor encontrar algo que te agrade y te inspire o, de lo contrario, es muy fácil entrar en un proceso de declive que afectará tanto a tu estado de ánimo como a tu salud.
-¿Y cómo podemos cuidar el cerebro?
La mejor prevención de cualquier patología mental debe incluir no sólo enfoques mentales, como la práctica de diferentes formas de meditación, sino también enfoques más físicos, como el ejercicio y una buena alimentación. Pero también hay que añadir la dimensión espiritual con elementos como el agradecimiento, el contacto con la naturaleza o la aportación social.
-Podemos crear nuevas neuronas…
-La neuroplasticidad o capacidad plástica del cerebro perdura durante toda la vida. Por lo tanto, para activar la formación de nuevas neuronas y nuevas conexiones entre ellas, necesitamos participar en actividades interesantes e inspiradoras y aprender cosas nuevas. Por ejemplo, recuerde que con la enfermedad de Alzheimer, la corteza prefrontal y el hipocampo se vuelven más delgados. Por eso hay que mudarse, salir de casa, viajar, conocer gente nueva, interesarse por diferentes temas, aprender un nuevo idioma o tocar un instrumento musical.
IDENTIFICA EL MAYOR VALOR EN TI
-Desde el punto de vista psicológico, ¿la década de los 50 es sinónimo de liberación de caparazones, estereotipos y de ser más libre?
No debemos tener miedo ni avergonzarnos de reconocer nuestra vulnerabilidad. Cuanto más auténticos seamos, más libres seremos también. Esto no significa que de nuestra boca salga todo lo que se nos viene a la cabeza, sino que buscamos la coherencia entre nuestros comportamientos y nuestros valores. Es importante que ante nuestros errores y los de los demás tengamos la voluntad de corregirlos y no de castigarlos. También debemos pasar de ser críticos, arrogantes y dogmáticos a ser exploradores, humildes e interesados en preguntar, escuchar y comprender.
-¿Qué podemos tener en cuenta a los 50 para sentirnos en paz?
La verdadera paz no depende de lo que sucede afuera, sino de lo que experimentamos adentro. Saber pasar del yo ilusorio al yo profundo consiste en observar que, en nuestra esencia y en nuestro ser, no hay nada que temer porque todo está bien. Lo que realmente nos define no es lo que pensamos, sentimos, decimos o hacemos, sino lo que somos; sabiduría, unidad, verdad, bondad, belleza, luz y amor.
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