En memoria de Santiago Pendás García
Hace ya unos meses que nos dejó Santiago Pendás García y aunque el tiempo pasa, su ausencia no se nota menos. Este texto no pretende repasar su trayectoria –ya reconocida por quienes lo conocieron en la vida pública–, sino ofrecer un recuerdo personal, sentido y sincero, de una persona que dejó huella y de la que, en lo personal, aprendí mucho.
[–>[–>[–>Santiago fue un hombre comprometido, educado y sereno. No necesitaba hablar alto para hacerse escuchar. Su forma de estar, de tratar a los demás, de afrontar los asuntos con calma y respeto, era su mejor carta de presentación. Una persona así no se olvida fácilmente.
[–> [–>[–>Tuvo una vida profesional destacada como funcionario del Estado, llegando a ser director provincial de Trabajo en Asturias. Pero quizás lo que más le acercó a la gente fue su implicación directa con su concejo. Se presentó en dos ocasiones como candidato a la alcaldía de Cangas de Onís, con la convicción firme de que podía aportar desde la política municipal. Aunque no logró alcanzar la Alcaldía, sí obtuvo algo más importante: el cariño y la admiración de sus vecinos. Porque Santi fue siempre un hombre cercano, dispuesto a colaborar, alejado de los personalismos y con una forma muy digna de hacer política.
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Con él se podía hablar, debatir, disentir incluso, pero siempre desde el respeto. Esa actitud, tan escasa y tan valiosa hoy, es parte del legado que nos deja. Quienes lo tratamos de cerca sabemos que su paso por la vida pública y personal fue coherente y generoso.
[–>[–>[–>Por todo ello, me atrevo a expresar un deseo: que el Ayuntamiento de Cangas de Onís le haga un reconocimiento institucional. No por protocolo, sino por justicia. Porque figuras como la suya dignifican la política local y el servicio público. Porque su ejemplo merece seguir vivo entre nosotros.
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Gracias, Santiago, por tu sencillez, tu firmeza, tu bondad y tu compromiso. Gracias por el tiempo compartido, por las enseñanzas, por tu forma de hacer las cosas y por los últimos consejos que me diste, mismos que tendré muy en cuenta.
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[–>Hoy, unos meses después de tu despedida, te recordamos con respeto y afecto.
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Tu memoria sigue presente.
[–>[–>[–>Hasta siempre.
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