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Así funciona la biología de la prevención, el nuevo campo que busca frenar el cáncer antes de que aparezca

Así funciona la biología de la prevención, el nuevo campo que busca frenar el cáncer antes de que aparezca
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  • Publishednoviembre 20, 2025


El cáncer no aparece de la noche a la mañana. Antes de que un tumor sea detectable, incluso antes de que exista una lesión precancerosa, las células acumulan errores, mutaciones y señales alteradas que preparan el escenario para la aparición de la enfermedad. En Es en este terreno casi invisible donde trabaja la biología de la prevención, una disciplina que pretende adelantarse al cáncer comprendiendo y bloqueando sus primeros pasos.

Más precisamente, esta línea de investigación en oncología quiere estudiar qué sucede en los tejidos sanos, mucho antes de la aparición de un tumor, para identificar los primeros cambios biológicos que aumentan el riesgo y así poder “interceptar” el cáncer en su fase más emergente. Un concepto que, según la investigadora y doctora del IRB Barcelona Núria López-Bigas, empieza a adquirir una importancia decisiva tanto en España como a nivel internacional.

Cambios a nivel biológico.

López-Bigas, uno de los científicos españoles más reconocidos en el estudio de mutaciones y evolución tumoral, colidera el proyecto internacional PROMINENT. Se trata de una iniciativa que reúne a expertos en epidemiología, genómica, biología computacional y prevención de diferentes países para descifrar qué sucede en las primeras etapas del desarrollo del cáncer.

En conversación con ABC, el investigador señala que mucho de lo que sabemos sobre los factores de riesgo -como el tabaquismo, la obesidad, el alcohol o la exposición a los rayos ultravioleta- proviene de la epidemiología, es decir, de cifras que muestran qué personas tienen más probabilidades de desarrollar determinados tipos de cáncer. “Sabemos que los fumadores tienen una mayor predisposición a sufrir cáncer de pulmón o de vejiga, o que los hombres tienen una mayor incidencia de determinados tumores que las mujeres, pero la pregunta clave es por qué y cómo sucede esto a nivel biológico”, subraya.

Para ilustrar esto, López-Bigas señala un estudio reciente de su grupo sobre el cáncer de vejiga, publicado en Nature. El trabajo analiza con gran precisión las mutaciones presentes en los tejidos sanos del urotelio, la capa celular de la vejiga de donde se originan estos tumores. Los resultados muestran diferencias sorprendentes entre hombres y mujeres, pero también entre fumadores y no fumadores. En los fumadores, por ejemplo, el equipo identificó mutaciones en un promotor que activa la telomerasa, una proteína capaz de prolongar la vida de las células más allá de sus límites habituales. «Estas mutaciones, que sólo se encuentran en los fumadores, confieren a determinadas células la ventaja de dividirse varias veces. Se trata de un paso biológico que podría explicar en parte el mayor riesgo que ya conocemos por la epidemiología», subraya.

“Boletas” de cáncer

Este tipo de resultados muestran cómo los tejidos sanos ya pueden modificarse mucho antes de la aparición de un tumor clínico. Sin embargo, López-Bigas insiste en que no existe un determinismo absoluto: la presencia de estas mutaciones no significa que la persona vaya a desarrollar cáncer. Lo compara con una lotería: hay quienes tienen más “papeletas”, pero eso no significa saber quién desarrollará la enfermedad. “Nunca podremos adivinar ni predecir si dentro de 20 años una persona tendrá cáncer”, lamenta. Sin embargo, lo importante para ella es que cada vez es más posible “definir mejor” qué personas tienen un alto riesgo y, por lo tanto, podrían beneficiarse de una vigilancia específica o de estrategias de intervención preventiva más específicas.

Primera convocatoria dedicada a la prevención del cáncer

Esta es también la dirección impulsada por la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), que abre este jueves la mayor convocatoria de ayudas para la investigación oncológica de la historia del país. Y ello añadiendo, por primera vez, financiación específica para proyectos dedicados a la biología de la prevención del cáncer.

La asociación, principal promotora de la investigación oncológica en el país, espera que esta línea abra la puerta a una prevención más precisa basada en mecanismos moleculares, y no sólo en recomendaciones generales. Para López-Bigas, esta es una oportunidad necesaria: «Hay mucha ayuda para tratar el cáncer una vez que aparece, y eso es esencial. Pero hay menos financiación para prevenirlo. Si podemos entender mejor qué aumenta el riesgo y cómo revertirlo, el impacto social puede ser enorme».

Marina Salmón, responsable de proyectos de la Fundación Científica AECC, explica que “a cada ayuda se destinarán 300.000 euros, durante un periodo de tres años”, pero aún no ha especificado cuántos equipos o grupos de investigación se beneficiarán. “La incidencia del cáncer aumenta año tras año y a edades cada vez más tempranas, por lo que es necesario destinar recursos al estudio de la investigación del cáncer”. Por ello, explica la propia organización, es más necesario que nunca dotar de recursos al “antivirus biológico”, que actúa en la raíz del problema.

Por su parte, López-Bigas destaca que en la biología de la prevención, “no es sólo una ciencia básica, es una oportunidad real para reducir la incidencia futura del cáncer”.



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