GUERRA RUSIA-UCRANIA | ¿Cómo está la situación militar en la guerra de Rusia contra Ucrania?
Los vecinos de la ciudad rusa de Novorossiysk no pegaron ojo la noche del pasado viernes 14 de noviembre. Se había producido una explosión que algunos testigos describieron como un hongo nuclear que tiñó de rojo el cielo nocturno sobre ese puerto del mar Negro. Ucrania había lanzado con éxito un ataque nocturno de drones contra la terminal petrolera de Sheskharis. Las autoridades rusas informaron de que en el complejo, varias instalaciones costeras y un barco civil resultaron dañados, y medios afines al Kremlin señalaron la dificultad de apagar un fuego que seguía activo muchas horas después.
[–>[–>[–>El puerto se vio obligado a suspender todas las exportaciones de crudo, lo que provocó una subida de alrededor del 2% en los precios internacionales del petróleo. El terminal de Sheskharis es el punto final de varios oleoductos operados por la estatal Transneft.
[–> [–>[–>[–>[–>[–>No fue un incidente aislado. El Ejército ucraniano lleva meses centrando su fuego en la infraestructura petrolera rusa. Ha conseguido provocar el caos en las gasolineras de un país que no debería tener problemas de combustible.
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«Es la manera correcta de proceder para Ucrania porque pone en la mirilla el sustento de la economía de guerra rusa», opina para EL PERIÓDICO Mykola Beleskov, analista de guerra ucraniano. «Pero para que esa estrategia produzca resultados, los ataques tienen que continuar de forma sostenida, lo que exige más inversión en misiles y UAVs (drones o Vehículos Aéreos no Tripulados, por sus siglas en inglés). Además, Ucrania necesita misiles de rango medio como los Tomahawks para poder hacer ataques combinados».
[–>[–>[–>Ataques de Ucrania contra refinerías rusas
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Desde el pasado mes de agosto, Ucrania ha lanzado al menos 58 ataques contra refinerías, oleoductos, depósitos y terminales de exportación rusos, frente a apenas tres ataques en junio y julio, según una investigación de la agencia de noticias Reuters.
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Los ataques alcanzan una profundidad de hasta 2.000 kilómetros dentro de Rusia con un objetivo estratégico: golpear los ingresos energéticos con los que Moscú financia la guerra y complicar su logística militar. También hacer ver a la población rusa los costes de la guerra: se han visto colas en gasolineras en el área de Moscú.
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«Estamos viendo cómo la profundidad de Rusia se les está volviendo en contra: no tienen suficiente defensa aérea para cubrir todos los objetivos y Ucrania tiene una ventaja natural como atacante porque Rusia nunca sabe cuál es el siguiente objetivo», apunta Beleskov.
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Todo esto ocurre en un contexto en el que las negociaciones diplomáticas hacia el final de la guerra parecen estar reactivándose. Zelenski se ha declarado dispuesto a negociar el plan de paz de 28 puntos que está pergeñando Donald Trump en una negociación secreta con la contraparte rusa, a pesar de que muchos de los puntos (entrega de territorios aún controlados por Ucrania a Rusia y reducción de su Ejército a la mitad) son claramente inaceptables por Kiev.
[–>[–>[–>Rusia avanza: Ucrania a punto de perder Pokrovsk
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Las malas noticias para las Fuerzas Armadas de Ucrania llegan desde el frente del Donbás, donde Rusia está realizando avances significativos, aunque a costa de un enorme número de bajas.
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En los últimos días, ha tomado parte de la ciudad de Pokrovsk. Varios cientos de soldados rusos han logrado infiltrarse ya en barrios del sur de la ciudad, que está casi rodeada, según ‘The Kyiv Independent’. Rusia habría aprovechado la niebla que dificulta la operación de los drones defensivos ucranianos y habría lanzado pequeños escuadrones de dos o tres soldados, algunos en moto o en quads, para realizar las incursiones. Estos vehículos son más difíciles de alcanzar con aeronaves no tripuladas.
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La ciudad es de gran importancia simbólica. Sería la localidad más grande tomada por Moscú desde la captura de Bajmut en mayo de 2023. Vladímir Putin lleva más de un año tratando de conquistarla. Rusia ha comprometido hasta 150.000 soldados para ese esfuerzo, un cuarto de los que tiene en Ucrania, según el comandante en jefe ucraniano Oleksandr Syrskii. De hecho, la mitad de las batallas de todo el frente, que se prolonga por más de 1.200 kilómetros, se están produciendo ahora en esa ciudad y en la vecina Myrnohrad.
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Las fuerzas ucranianas aún tienen un pequeño pasillo para el suministro y la eventual retirada de sus tropas. La toma completa de esta ciudad minera y nudo logístico sería un duro golpe para Kiev también porque Rusia obtendría un importante cruce ferroviario y de carreteras para futuros avances hacia ciudades de esta zona de la región de Donetsk.
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«La situación militar en Ucrania es difícil. Rusia aprovecha su superioridad en efectivos y armamento para presionar duramente en el este (Pokrovsk, Myrnohrad) y en el sur (dirección de Zaporiyia). Pero siguen sin cumplir sus planes de ocupación de territorios ucranianos y no dejan de retrasar sus plazos, mientras sufren pérdidas enormes en el frente, en su mayoría irrecuperables (aproximadamente un millar de muertos y desaparecidos en combate al día)», apunta a EL PERIÓDICO una fuente de confianza del estamento de seguridad ucraniano que pide mantener el anonimato. «El Kremlin mantiene estas ofensivas feroces para reducir el apoyo internacional a Kiev presentando la derrota ucrania como inevitable, presionar a los aliados para que empujen a Ucrania a aceptar las condiciones rusas y alimentar la desconfianza interna, combinando ataques militares con golpes a infraestructuras civiles y campañas de desinformación».
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Lo cierto es que la capacidad ucraniana para evitar rupturas importantes del frente depende de la ayuda exterior militar, financiera y técnica. Por eso, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha emprendido esta semana una nueva gira por varios países. En Grecia ha conseguido gas natural licuado extra para afrontar el duro invierno. En Francia, el compromiso del presidente Emmanuel Macron de venderle hasta 100 cazas de combate Rafale en los próximos años, lo que supondrá un salto cualitativo en la defensa aérea ucraniana. En España, el presidente Pedro Sánchez le ha garantizado el apoyo de los españoles y ha aumentado en 400 millones de euros los planes de ayuda de 1.000 millones para el próximo año, incluyendo 100 millones de urgencia para la compra de armamento estadounidense.
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La esperanza de Ucrania
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Más de tres años y medio después del comienzo de la invasión a gran escala, las fuerzas ucranianas siguen siendo capaces de evitar grandes rupturas del frente por parte de Rusia.
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El Kremlin entiende que Ucrania está muy exhausta y trata de aprovechar esta «ventana de oportunidad» (el duro periodo invernal, las tensiones internas en Ucrania) para quebrar la resistencia del pueblo ucraniano, relata la fuente de la seguridad ucraniana. Pero los recursos de Rusia no son infinitos. Las enormes pérdidas y los problemas económicos hacen imposible mantener durante mucho tiempo la intensidad actual de la guerra. Por eso, en este momento crítico es fundamental proporcionar a Kiev todos los medios necesarios para «aguantar los golpes», hacer entender a Moscú que es incapaz de alcanzar sus objetivos estratégicos en Ucrania y forzarla finalmente a negociar una paz real.
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Conteniendo a los rusos, los ucranianos también logran ciertos éxitos en algunos ejes. Pero no se trata de recuperar territorio mediante grandes contraofensivas, sino de disuadir a los invasores rusos, mandando el mensaje de que tendrán grandes pérdidas por cada centímetro de territorio; de impedirles cortar la logística o cercar a las fuerzas ucranias.
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Ucrania gana si aguanta, mientras llega la negociación para una paz justa y sostenible.
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