Neurocosmética: qué es, cómo funciona y por qué marcas como Neuraé están revolucionando el cuidado de la piel
Imagina que aplicar un producto no sólo mejora la textura de tu piel, sino también tu estado de ánimo. Que un sérum podría calmarte en un día estresante o que una crema te llenaría de energía en una de esas mañanas duras. La idea puede parecer futurista, pero eso es exactamente lo que propone. neurocosméticouna tendencia emergente que explora la conexión entre piel y cerebro para hacer del cuidado de la piel un ritual capaz de influir también en nuestras emociones.
Todo esto se basa en hechos científicos. “La piel y las emociones están profundamente ligadas. Es nuestro órgano más visible y también uno de los que mejor responden a lo que sucede en nuestro interior», explica la doctora Mariel Silva, directora médica de SHA España y experta en envejecimiento saludable. «Cuando vivimos momentos de ansiedad o tristeza, el cuerpo libera cortisol y adrenalina. «Estas hormonas debilitan la barrera cutánea, promueven la inflamación y hacen que la piel se vuelva opaca y reactiva». En otras palabras: la piel es el espejo de cómo nos sentimos.
Pero si los pensamientos pueden dejar huella en el rostro, surge una pregunta: ¿Pueden los cosméticos mejorar nuestro estado de ánimo? «Un producto no cambia nuestras emociones profundas ni reemplaza la terapia, pero puede ser un aliado. La textura, la temperatura o el aroma de una crema activa receptores que envían señales al cerebro y generan calma o placer. Más que el producto en sí, es el ritual de su aplicación lo que permite bajar las revoluciones», añade Silva.
Neuraé, la nueva marca de lujo del grupo Sisley, se enmarca en esta búsqueda de un cuidado que va más allá de la estética. Se trata de un lanzamiento inusual: en lugar de integrar esta innovación bajo el amparo de la casa francesa, decidieron darle entidad propia, convencidos de que la neurocosmética puede marcar un antes y un después.
«El objetivo principal de nuestra marca es cuidar la piel. Pero también, como la guinda del pastel, actúa sobre lo que sentimos», explica Philippe d’Ornano, presidente del grupo Sisley. ¿Cómo lo hacen? Con el apoyo de la neurociencia y herramientas capaces de medir la reacción del cerebro ante estímulos como texturas, perfumes o activos botánicos.
«Podemos probar cientos de notas olfativas y observar cuáles provocan respuestas asociadas a la alegría, la serenidad o la energía. Lo que antes era un arte, ahora podemos cuantificarlo con datos», explica el director científico de este lanzamiento, José Ginestar. En este proceso, la empresa ha identificado hasta 25 neurotransmisores que midieron la comunicación piel-cerebroy seleccionó cuatro o cinco para actuar específicamente.
El resultado: fórmulas que combinan neuroactivos, neurofragancias y neurotexturas. Cremas, sérums o aceites diseñados para mejorar la firmeza, la luminosidad y la hidratación, pero también para apoyar emocionalmente a quienes los utilizan. La gama se basa en tres estados (alegría, serenidad y energía) y está enriquecida con Productos diseñados para promover incluso la calidad del sueño.. Desde el punto de vista farmacéutico, se trata de una evolución natural de la atención.
“La cosmética convencional busca mejorar el aspecto de la piel; un neurocosmético combina esta acción con la capacidad de influir en la respuesta emocional”, explica Paloma Ruiz Majadas, farmacéutica y fundadora de Farmacia Velázquez 30. “Además de los principios activos, Fragancia, textura y gesto de aplicación son fundamentales.porque el aroma puede estimular el sistema límbico y provocar sensaciones de relajación o placer. “Eso marca la diferencia”, concluye el experto. Todo indica que el futuro de la belleza pasa por aprender sobre el cuidado de la piel y las emociones en su conjunto.
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