6 formas de reaccionar mejor ante las adversidades para ser feliz, según la psicología

A nadie le gusta sufrir, pero la vida no pide nada: un fracaso, una ruptura, un problema de salud, un despido… La adversidad sucede nos guste o no.. La buena noticia es que la psicología ha estudiado durante décadas qué hacen las personas que, a pesar de todo, logran salir adelante.
Él psicólogo y premio Nobel Daniel Kahneman Enfatizó que podemos entrenar nuestra mente para lograrlo. En definitiva, es un juego de escala. Que prevalezcan los buenos tiempos y los malos te afectan menos.
No se trata de ir por la vida con una sonrisa falsa, se trata de aprender formas más saludables de responder cuando las cosas van mal. La felicidad es un término abstracto que significa cosas diferentes para cada uno. Pero ya sea que lo llamemos felicidad, bienestar o satisfacción con la vida, la psicología sugiere seis estrategias para que no desaparezca.


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1. Cuéntate otra historia
En el pasado, la psicología y la filosofía estuvieron unidas, hasta que la psicología se convirtió en una ciencia. Algunos métodos filosóficos siguen siendo útiles para los psicólogos. Hay una corriente filosófica, la de estoicismo lo cual nos resulta muy útil en este caso.
Los estoicos proponen que hay algunas cosas que puedes controlar y otras que no. Concéntrate en aquellos que controlas. No podemos controlar todo lo que nos sucede, pero podemos el significado que le damos a lo que nos sucede.
La psicología llama a esto reencuadre cognitivo: mira la misma situación desde otro ángulo. Pensar: “Fallé, soy un desastre” no es lo mismo que decir: “Fallé, pero ahora sé lo que necesito mejorar”.
El hecho es el mismo, pero el segundo mensaje. abre la puerta a la acciónpara no hundirse. No quita el dolor del momento, pero sí baja un poco el volumen y te permite mirar más allá.
2. Acepta en lugar de luchar contra todo
Esto parece extraño: ¿Cómo puedo aceptar algo que me duele? Pero aceptar, en psicología, no es rendirse, sino dejar de gastar energía luchando contra lo que ya pasó, para utilizarla en lo que aún podemos cambiar. Volvemos a la idea de los estoicos.
Aquí tienes la terapia de aceptación y compromiso, desarrollada por psicólogo steven hayesProfesor de la Universidad de Nevada (Estados Unidos). Los estudios muestran que aumentar esta flexibilidad está asociado con menos ansiedad y mayor bienestar: personas capaces de decirse a sí mismas «me duele, pero aún así es importante para mí cuidar de las personas que amo o avanzar en un objetivo determinado» y actuar en esa dirección.
En la práctica, esto podría ser algo tan simple como: «Estoy enfermo, pero voy a ducharme, comer algo decente y trabajar». Esto no es poco; es para hacerte mover cuando todo se desmorona.
3. Considérate tu mejor amigo
La mayoría de nosotros tenemos dos varas de medir: una suave para los demás y otra muy dura para nosotros mismos. A un amigo le dirías: “Es normal que te sientas mal, haz lo que puedas”. A ti mismo, repetidamente: “No vales la pena, siempre igual. »
EL autocompasión No se trata de ser víctima o ser pobre; Es aprender a tratarte a ti mismo con la misma amabilidad y respeto que le ofrecerías a alguien que amas. el psicólogo Kristin Neff, profesora, Universidad de Texas y pionero en este campo ofrece un ejercicio rápido. Cuando te encuentres castigándote mentalmente, pregúntate: «¿Le hablaría así a alguien a quien amo?».
Si la respuesta es no, intenta cambiar el mensaje: “Cometí un error, sí, pero eso no me define ¿Qué necesito ahora: apoyo, descanso o un plan?
4. Regular las emociones sin tragárselas
Ni explotar con todos, ni tragarlos hasta reventar. La investigación sobre la resiliencia es clara: cómo regulamos nuestras emociones Hace una gran diferencia. Suprimir constantemente lo que pensamos que está asociado con Más estrés y más síntomas depresivos..
Por lo tanto, regular es no negar. Es reconocer ese sentimiento y poder decir: «Estoy enojado, triste o asustado, y eso tiene sentido, pero no voy a dejar que esa emoción me guíe». »
Aquí herramientas de ayuda muy específico: respire lentamente, haga ejercicio, escriba un diario o hable con alguien de confianza.
5. Crecer con el golpe sufrido
No todos los dolores nos hacen “mejores personas” y no tiene por qué ser así. Pero la psicología ha observado que, en ciertos casos, después de crisis muy graves, lo que se llama crecimiento postraumático: personas que, después de una pérdida, enfermedad o desastre, desarrollan un mayor aprecio por la vida. La genética también puede desempeñar un papel aquí.
No es algo que se pueda forzar ni un “vamos, seguro que es lo mejor”. Es más una posibilidad. Considera que esto puede llevarte por un nuevo camino.
6. Formar hábitos mentales
El psicólogo Kahneman señala que en la mente tiene prejuicios. Por ejemplo, es más probable que recuerda las cosas negativas. Podemos cambiar estos prejuicios. Entrena la mente. Pero esto no sucede de la noche a la mañana. Requiere paciencia, como entrenar un músculo.
Destaca la importancia de crear hábitos. Por ejemplo:
En primer lugar, el hábito de deja de respirar por unos minutos antes de enviar un mensaje candente.
En segundo lugar, el hábito de Escribe tres líneas sobre cómo te sientes. cuando estás estancado.
Finalmente, el hábito de llamar a alguien en particular cuando empiezas a aislarte.
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