"Cada mesa un Vietnam" era el lema de los periodistas antifranquistas. Y da la impresión de que es también, o vuelve a ser, el principio fundamental del Gobierno de coalición que preside Pedro Sánchez. Lo ha sido desde el inicio de la legislatura. De hecho, construir un muro contra un pacto entre el PP y Vox es su razón de ser fundamental a raíz de una campaña electoral tremendamente polarizada. Este impulso arraigado se ha intensificado hasta el punto de que el propio Sánchez se ha sentido personalmente atacado, no sólo por la oposición, sino, en su opinión, también por los jueces y otras instituciones del Estado. Ahora, su lema es como el de las feministas de los años 80: "No hay agresión sin respuesta.". Entonces, si la justicia ha reclamado la pieza de Álvaro García Ortiz, la reposición tiene que venir de alguien "claramente progresista"tal y como anunció el diario, que ya vuelve a ser oficial. Las afirmaciones de pureza son siempre las que son.



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