Nasralla planea realinear las alianzas con Israel y EE UU
Salvador Nasralla, el candidato presidencial del Partido Liberal Hondureño para las elecciones del domingo, ha convertido la política exterior en uno de los ejes más visibles de su campaña. Ante el giro que dio la presidenta Xiomara Castro hacia Beijing en 2023, rompiendo con décadas de relaciones con Taiwán, Nasralla propone una «nueva diplomacia» que abandone la dependencia ideológica y promueva alianzas pragmáticas con Estados Unidos, Europa, Taiwán, Israel y las democracias asiáticas.
En su propuesta, Honduras debe dejar de ser «un campo de experimentación» para potencias que, a su juicio, no generan valor interno. Nasralla ve con recelo la relación con China, sobre todo por la imposibilidad de lograr un acuerdo comercial con una economía «mil veces mayor».
Ha dicho que las importaciones de bienes baratos de China ya están han desplazado a numerosos productores y empresarios hondureños, alimentando el desempleo y la pobreza. El desequilibrio comercial y el cierre de empresas tras el cambio de reconocimiento de Taipei a Beijing son, según él, prueba de que el acercamiento no ha cumplido sus promesas.
Durante décadas, y hasta 2023, Tegucigalpa no tuvo relaciones formales con China sino con Taiwán. Nasralla quiere reconectarse con viejos aliados. «Taiwán ha sido un gran socio de Honduras. Estoy dispuesto a retomar esa relación». Desde Taipei, el Ministerio de Asuntos Exteriores dijo que quería explorar «cualquier oportunidad» para lograrlo.
El candidato ha reiterado que busca mantener vínculos comerciales «con cualquier país del mundo», pero anclando la diplomacia formal en socios que, según él, han demostrado ser más fiables con el tiempo. Pero al Gobierno de Xi Jinping advierte de problemas. En una ocasión, la embajada de China en Honduras se pronunció rechazando los «comentarios erróneos» de un candidato presidencial hondureño sobre la cuestión de Taiwán y las relaciones entre China y Honduras, sin mencionar a Nasralla. Esa declaración reiteró el principio de «una sola China».
El foco son los Estados Unidos.
El enfoque internacional de Nasralla mira hacia Estados Unidos, donde vive la mayoría de sus emigrantes, es la principal fuente de remesas (que equivalen al 25% del PIB) y es el mayor proveedor de alimentos importados. «Si Estados Unidos decidiera quitarnos los alimentos, quitarnos nuestros ingresos, Honduras desaparecería del mapa», afirmó el liberal.
Desde esa premisa, critica la política exterior de Castro, acusándolo de «provocar» a Washington con sus discursos en defensa de Nicaragua, Venezuela y Palestina en la ONU, y de no haber seguido «una política amistosa con Estados Unidos». Esta posición del actual régimen, denuncia, ha provocado un aumento de las deportaciones de hondureños desde Estados Unidos.
Su respuesta es restaurar relaciones bilaterales rentables, comenzando por alcanzar acuerdos sobre migración laboral ordenada, negociando directamente cuotas de trabajadores con estados del país norteamericano que necesitan mano de obra latinoamericana y diversificando destinos en Europa. Durante su campaña electoral, Nasralla visitó España e Italia. En el Viejo Continente el café hondureño tiene un buen mercado, pero el candidato liberal ha dicho que su país puede posicionar otros bienes y servicios si logra mostrarse como una democracia estable con instituciones confiables y abierta a la inversión. Además, dijo haber constatado durante su visita la demanda de al menos 50.000 puestos de trabajo agrícolas el próximo año.
Asimismo, aspira a acercarse a Israel para retomar una «alianza histórica» que se centre en lo técnico, dejando de lado los conflictos geopolíticos. Su objetivo es lograr la transferencia de conocimiento en riego por goteo y gestión eficiente del agua para aprovechar verdaderamente las capacidades de «un país donde llueve mucho, pero no están los sistemas para aprovechar esa agua». El asunto está alineado con su plan de gobierno, que incluye como prioridades la seguridad alimentaria y expansión del riego como una forma de reducir la dependencia de las importaciones y fortalecer el campo hondureño.
En América Latina, Nasralla traza líneas claras. Ha anunciado que romperá relaciones con el Gobierno de Nicolás Maduro mientras no haya una transición democrática en Venezuela. También ha sido crítico del régimen de Castro en Cuba y del régimen sandinista en Nicaragua.
El contraste lo marca El Salvador, donde el presidente asume el cargo Nayib Bukele como ejemplo a seguir en materia de seguridad. Por ello, ha dicho que sus equipos han trabajado con los de ese país para preparar planes de reducción de la delincuencia, pero también para explorar posibilidades comerciales. El programa de gobierno de Nasralla no trata sólo de con quién colaborar, sino también de cómo hacerlo. El documento promete profesionalizar la Cancillería y convertirla en un eje de atracción de inversiones.
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