Los museos en zonas arqueológicas refuerzan el sentido de pertenencia
El arqueólogo y profesor universitario Armando Coelho Ferreira da Silva (Sanfins de Ferreira, Portugal, 1943) ofreció ayer en el Antiguo Instituto la charla «El museo arqueológico de la Citânia de Sanfins y la musealización de la cultura castreña en el norte de Portugal». La cita forma parte del ciclo de conferencias «Museos de sitio en yacimientos castreños de Asturias, Galicia y Portugal».
[–>[–>[–>¿Cuál es la historia del museo de la Citânia de Sanfins?
[–> [–>[–>Fue inaugurado en 1947, tres años después de que se realizaran unas excavaciones. El museo se realizó en una casa particular de mi familia. En ella vivía mi tío y cuando él falleció transformaron la casa y los alrededores. Eso pasó a ser el museo.
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¿Qué ventajas tienen los museos ubicados en yacimientos castreños respecto a los que están en núcleos urbanos?
[–>[–>[–>Son museos especialmente identitarios, monográficos, realistas y que explican mejor las raíces del poblado. Los museos urbanos son mucho más complejos, generalistas y menos educativos y educativos que estos museos de sitio. Aunque los castreños son más pequeños, inspiran mucho más los sentimientos de pertenencia de las personas hacia su tierra.
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¿Qué particularidades de estos espacios del noroeste peninsular le siguen sorprendiendo como investigador?
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[–>Lo que más me ha sorprendido siempre es la gran amplitud cronológica de la cultura castreña desde su etapa de formación hasta su integración en el mundo romano como cultura provincial romana. Cuando comencé con las excavaciones y con mi investigación pensaba que esa historia se reducía a unos 200 o 300 años en total, pero finalmente comprendí que la cultura castreña fue un proceso lento, de larga duración y que se extendió a lo largo de cerca de mil años.
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¿Siguen ofreciendo nueva información estos castros?
[–>[–>[–>Sí, a pesar de que se acumulan muchas décadas de excavaciones. Cada sitio es diferente y es original. No hay ningún punto igual que otro. Seguirá apareciendo nueva información si se excava más. Además, cada vez se excava de forma más perfecta gracias a las nuevas técnicas de excavación, que son más rigurosas.
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¿En qué sentido?
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Han mejorado sistemáticamente con el tiempo. Cada vez es más perfecta porque la arqueología cada vez hace más relaciones interdisciplinares. Antes, apenas se conservaban algunos objetos y el resto quedaba fuera, pero ahora todo lo que se recoge se guarda y sirve para otros análisis.
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¿Qué papel juegan las tecnologías?
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Están siendo muy importante. Se hace un gran uso de la propia observación a través de drones. Además, las nuevas tecnologías permiten documentar, archivar y transmitir mejor los conocimientos adquiridos. Por lo tanto, a día de hoy los avances tecnológicos y científicos permiten renovar el trabajo arqueológico.
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¿Hay mucho interés entre la población de conocer esta historia?
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Sí, hay mucho interés. Por ejemplo, e
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l museo arqueológico de la Citânia de Sanfins es visitado normalmente por entre 20.000 y 25.000 personas al año. Son cifras importantes porque está situado en una zona a la que hay que ir allí a propósito.
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¿Echa de menos una estrategia común entre Asturias, Galicia y el norte de Portugal para potenciar estos museos y los yacimientos?
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La cultura castreña es una gran característica del noroeste peninsular. En los últimos años se hizo la candidatura para que fuera reconocida como Patrimonio Mundial o Europeo por la Unesco. La idea comenzó en 2004 en el norte de Portugal y más tarde hubo contactos con Galicia y Asturias, pero el reto no terminó de avanzar. Esa propuesta debería continuar encima de la mesa y ser un gran desafío para estas regiones. Sería todo un impulso.
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