GENERACIÓN ELÉCTRICA | Santa Cruz deja atrás tras décadas de ruidos y molestias ambientales: la nueva subestación recibe el aplauso vecinal
Cinco años después de que arrancaran los trabajos, con una inversión global de 14 millones de euros, las obras de modernización de la subestación eléctrica de Santa Cruz (Mieres) parecen haber satisfecho los objetivos fijados en su momento. Los vecinos están satisfechos con el resultado del proyecto, aunque advierten que aún queda rematarlo.
[–>[–>[–>Fin de décadas de ruidos
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Para el presidente de la asociación de vecinos, Arsenio Díaz Iglesias, los cambios han supuesto “una gran mejora en la calidad de vida de los vecinos”. Tras décadas de molestias, la instalación eléctrica ha dejado de ser una fuente de ruido e incomodidades: “Se ha acabado con unos problemas de ruidos que durante décadas tuvieron un gran impacto en toda la localidad”.
[–> [–>[–>El edificio pendiente de rehabilitación. / David Montañés
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Mejora paisajística y ambiental
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La reforma no solo ha servido para renovar los equipos técnicos —con nuevos transformadores de alta a media tensión—, sino que también ha permitido aliviar el impacto visual y ambiental. “Se han eliminado grandes torretas y naves que formaban una gran barrera visual. Ahora gran parte de la infraestructura transcurre soterrada y la instalación está más integrada con el entorno”, destaca Díaz Iglesias.
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Esa relajación del entorno ha devuelto al vecindario algo tan básico como tranquilidad —y una vista más limpia. Muchos vecinos coinciden en que, desde que terminaron las obras de la primera fase (instalación de transformadores, edificio nuevo, inicio del desmantelamiento del parque de intemperie), la vida en Santa Cruz ha cambiado a mejor. “Con los recientes derribos de las viejas naves auxiliares, el impacto visual de la subestación se ha visto aún más reducido”, reconocen los portavoces de la comunidad.
[–>[–>[–>Reclaman el remate del proyecto
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Los vecinos reclaman que el proyecto se remate como fue planteado en su origen. En ese molde inicial estaba prevista la urbanización del entorno, con zonas ajardinadas, aparcamiento público y espacios peatonales. Se trata de complementar la mejora técnica con una integración urbanística y social real.
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Defensa del patrimonio industrial
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Parte de esa reclamación se dirige hacia la rehabilitación del edificio de la antigua Central Térmica de Santa Cruz —objeto de la reestructuración general—, donde aún permanece un viejo turboalternador de 1915. Viesgo ha asegurado que conservará esta pieza como muestra de su compromiso con el patrimonio industrial y como testigo del pasado energético de la zona.
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[–>Para los vecinos, preservar ese legado no es una cuestión estética sino simbólica. Representa la memoria de décadas de actividad industrial y el origen de la infraestructura eléctrica en la comarca. Con su conservación, se apunta a un equilibrio: modernidad en el suministro y respeto al pasado. La instalación comenzó a producir energía a base de carbón en 1913 y quedó fuera de servicio en los años 80. La primera instalación mencionada fue la que se desmontó inicialmente.
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Un entorno acorde al nuevo tiempo
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Con la reforma de la subestación ya casi completada, la comunidad de Santa Cruz parece dispuesta a no conformarse solo con una red eléctrica más moderna y silenciosa: aspiran a que ese progreso se materialice también en “un entorno cómodo, habitable y respetuoso con nuestra historia”. Y de eso dependerá en buena parte que la reforma deje huella, “no solo en el tendido eléctrico, sino en la calidad de vida diaria”.
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