Él Papa León XIV Viajó este viernes a Iznik para conmemorar el 1700 aniversario del I Concilio de Nicea, desde donde pidió la reconciliación de los cristianos «en un momento dramático en muchos aspectos». En esta nueva etapa de su primer viaje internacional a Türkiye y Líbano, el pontífice participó de un acto acompañado por los principales líderes de la Iglesia Ortodoxa.

León XIV viajó en helicóptero hasta Nicea, convertida en centro de peregrinación para cristianos y donde en el año 325 se celebró el primer concilio ecuménico del cristianismo.

En esa fecha, más de 300 obispos convocados por el emperador romano Constantino y procedentes de todas partes se reunieron para poner fin a sus diferencias y sentar las bases del dogma de la divinidad de Jesús: un momento histórico de unión al que siguieron siglos de cismas que duran hasta ahora.

«En una época dramática en muchos sentidos, en la que las personas están sometidas a innumerables amenazas a su propia dignidad, el 1700 aniversario del Primer Concilio de Nicea es una valiosa ocasión para preguntarnos quién es Jesucristo en la vida de las mujeres y los hombres de hoy, quién es él para cada uno de nosotros», dijo el Papa.

Desde la plataforma situada en la zona arqueológica donde se encuentran los restos del Basílica de San Neófitoconstruido donde se cree que se celebró el Concilio, el pontífice añadió: «Todos somos Invitados a superar el escándalo de las divisiones que, desgraciadamente, aún existen y alimentan el deseo de unidad por el que el Señor Jesús oró y dio su vida.

«Cuanto más reconciliados estemos, más podremos los cristianos dar un testimonio creíble del Evangelio de Jesucristo, que es un anuncio de esperanza para todos, un mensaje de paz y de fraternidad universal que trasciende las fronteras de nuestras comunidades y naciones», dijo el Papa, citando a Francisco.

«La reconciliación es hoy un llamado que surge de toda la humanidad afligida por los conflictos y la violencia. deseo de plena comunión entre todos los creyentes en Jesucristo va siempre acompañado de la búsqueda de la fraternidad entre todos los seres humanos», añadió.

En el Credo Niceno -el que surgió de este primer concilio y fue rezado este viernes en Iznik al final de la ceremonia- «no sería posible invocar a Dios como Padre si nos negáramos a reconocer a otros hombres y mujeres como hermanos y hermanas, creados también a imagen de Dios», indicó el Papa.

«Existe una fraternidad universal, independientemente de la etnia, la nacionalidad, la religión o la opinión», subrayó, rodeado de patriarcas ortodoxos y de otras ramas del cristianismo.

Ningún ortodoxo ruso

León XIV afirmó que «hay que rechazar firmemente el uso de la religión para justificar la guerra y la violencia, así como cualquier forma de fundamentalismo y fanatismo, mientras que los caminos a seguir son los del encuentro fraterno, el diálogo y la colaboración».

El Papa agradeció al patriarca de Constantinopla, Bartolomé I‘Primus Inter Pares’, líder espiritual de más de 300 millones de ortodoxos, ya que decidió «conmemorar juntos el 1700 aniversario del Concilio de Nicea», y al resto de patriarcas de las Iglesias y representantes de las comuniones cristianas del mundo que han aceptado la invitación a participar en este evento.

Sin embargo, no hubo representación de los ortodoxos rusos ni de su líder, el Patriarca de Moscú y de toda Rusia, Cirilocabeza de la Iglesia numéricamente más numerosa con unos 140 millones, ya que están totalmente divididas y no mantienen relaciones desde hace años.

También rompieron con el Vaticano a pesar de los acercamientos intentados por el Papa Francisco y la situación ha empeorado con el apoyo de Cirilo a la guerra en Ucrania.