El protagonista de la foto es Joaquín Sabinapero quien lo comparte es Mónica Carrillo junto con un emocional carta dedicada al artista. «Dijo Hola y Adiós. Y el portazo no sonó a pregunta. Sabina se despidió de su público en Madrid el 30 de noviembre de 2025 al final de una gira inolvidable: la última. Con aquel concierto, el 71 de un grupo lleno de fans incondicionales, dejar el ajetreo de los viajesmaletas, viajes a América y silencio monacal», escribe el presentador.

Y añade: «Cierra la puerta a la apasionante vida de un artista que lo acompaña desde hace 50 años. El cantante de hilado se marcha, pero quedan el compositor, el poeta, el lector empedernido y el fumador empedernido. Habrá, -hay-, más canciones en el cajón (esperamos que más pronto que tarde vean la luz), pero ya no habrá salas llenas hasta los topes, ni jugadores que no se cansen de esperar un bis al final del repertorio.»

Carrillo continúa el texto con el relato de Sabina: «El show en vivo hace grande a la artista pero Cada uno es libre de elegir el momento de colgar las botas.si la vida – o el otro – no elige por ti. Ya lo vivió el 12 de febrero de 2020, día en que también cumplió 71 (años), cuando un mal paso casi lo deja en el lugar, que no era otro que el viejo Wizink. Años antes ya había pasado un susto de ictus que le apartó para siempre de la mala vida que acababa de dejar. A partir de ahí fue menos malo, pero no peor porque Joaquín es vitalista y nada nostálgico».

Sobre su rutina escribe: “Nunca falta el tequilita de Jime, ni un cigarro tras otro en la comisura de esa boca que aún es suya. Nadie dijo tampoco que la nueva vida iba a ser más saludable.que por eso seguía siendo el único».

Para finalizar, Mónica Carillo agrega: «Viva el rey más republicanoal gamberro más justo, al ganador más atlético, al abogado más fluido, a la vieja del telón de Tirso; para orgullo de todos, empezando por mí.