Un fármaco experimental que repara el ADN inaugura una nueva clase de terapias regenerativas
Investigadores del Centro de Investigación Cedars-Sinai (Estados Unidos) han desarrollado un fármaco experimental capaz de reparar el ADN dañado y favorecer regeneración de tejidos después de un infarto, enfermedades inflamatorias u otras patologías. El compuesto, denominado TY1, representa el prototipo de una nueva familia … de fármacos llamados exómeros y fue descrito en un estudio publicado en “Science Translational Medicine”.
“Al estudiar los mecanismos de la terapia con células madre, descubrimos una manera de curar el cuerpo sin utilizar células madre”, dice Eduardo Marbán, MD, PhD, director ejecutivo del Smidt Heart Institute y autor principal del trabajo. “TY1 es el primer exómero: una nueva clase de medicamentos que tratan el daño tisular de formas inesperadas«.
TY1 es una versión sintética de una molécula de ARN presente de forma natural en el cuerpo. El fármaco mejora la acción del gen TREX1, que ayuda a las células inmunitarias a eliminar el ADN dañado, lo que permite reparar el tejido lesionado y reducir la apariencia de cicatrices después de un ataque cardíaco.
El desarrollo de TY1 no surgió de la nada, sino que es la culminación de más de veinte años de investigación liderada por Marbán. Su equipo desarrolló un tipo de célula madre cardíaca endógenadiferentes a las células pluripotentes, con las que ya han realizado nueve ensayos clínicos.
Estas células han mostrado un potencial particular en la miocardiopatía asociada con la distrofia muscular de Duchenne, una enfermedad grave sin tratamiento eficaz, en la que los pacientes suelen perder la capacidad de caminar y morir de insuficiencia cardíaca en la tercera década de la vida.
Células seguras, no modificadas y derivadas de donantes
Inicialmente, estas células endógenas se obtuvieron a través de biopsias del propio paciente, pero más tarde el equipo verificó que podían cultivarse a partir de corazones donados no utilizados para trasplantes, lo que permitió el desarrollo de un enfoque más escalable. Actualmente una empresa de biotecnología posee la licencia para su desarrollo comercial.
Marbán destaca la ventaja de que «no modificamos genéticamente las células». Es un cultivo primario sin alteraciones, lo que lo hace más seguro y menos riesgoso que otras terapias basadas en células modificadas.
De las células a las moléculas: el origen de TY1
El gran avance se produjo cuando el equipo descubrió que el efecto terapéutico de sus células madre cardíacas era indirecto: las células liberan exosomas, pequeños sacos cargados de moléculas de ARN capaces de influir en la reparación de tejidos.
«Los exosomas son como sobres que contienen información importante», explica Ahmed Ibrahim, primer autor del estudio. Después de secuenciar su contenido, los investigadores identificaron una molécula de ARN particularmente abundante y esencial para la curación. TY1 es la versión sintética y optimizada de esta molécula.
“Las células no fueron el final, sino el comienzo.. Comprender cómo funcionaban nos permitió crear medicamentos basados en estos ARN, que eran más fáciles de manejar y reproducibles que la terapia celular”, explica Marbán.
Los exosomas son como sobres que contienen información importante.
Los investigadores destacan que este nuevo fármaco no sólo actúa en el contexto de un infarto. TY1 también podría ser eficaz en enfermedades autoinmunes, en las que el sistema inmunológico ataca por error el tejido sano.
“Nos enfrentamos a un mecanismo de curación completamente nuevo. lo que abre opciones terapéuticas para muchos trastornos”, concluye Ibrahim.
Los próximos pasos serán avanzar en los estudios preclínicos y allanar el camino para los ensayos clínicos en humanos.
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