Adelante, si me dicen que Pedro Sánchez va a convocar elecciones, digamos en primavera, responderé que sí, es posible. Si por el contrario argumentan que el marido de Begoña agotará la legislatura, yo también diría que a mí me cuadra. Y, si me dicen que las próximas elecciones generales serán el próximo otoño, por poner un ejemplo, entonces yo también me lo creería. Vamos, y para resumir, Espero cualquier cosa del actual inquilino de La Moncloa y además que esté preparando algún golpe de EstadoNo sería el primero con el que sorprendernos, como ya ocurrió con aquella reflexión de varios días, y afrontar la situación actual, en la que parece verse envuelto.

Dicho lo anterior, también es cierto que existen ciertas señales que indican que las elecciones generales pueden estar acercándose. Uno de ellos es el aumento salarial para funcionarios que fue anunciado hace días. Los empleados públicos, que cada día son más, y sus familias, son un grupo muy numeroso y una fuente importante de votos, al menos potencialmente. Y, ¿Qué podemos decir de las personas que han llegado a la jubilación y que también verán aumentadas sus pensiones? Los dos hechos anteriores pueden ser una simple coincidencia, pero me llevan a cierta sospecha. Lo mismo que el Verificado. Es cierto que el tiempo se acababa y que los colectivos más afectados, como los formados por las pequeñas y medianas empresas y los autónomos, se vieron desbordados ante la próxima entrada en vigor del nuevo sistema de facturación en enero y julio. Es cierto que las solicitudes se habían multiplicado hasta retrasar y El Gobierno decidió el martes posponer un año su aplicación ante la posibilidad de caos. No deja de sorprender la aparente facilidad y rapidez con la que esta vez los ministros sanchistas han adoptado la decisión. Por esta razón también sospecho que La convocatoria de elecciones podría estar cerca. Y, en esa hipótesis, es mucho mejor no fomentar el malestar con mayor carga burocrática para los dos grupos mencionados anteriormente. Puede que esté sospechando demasiado, pero con Pedro Sánchez de por medio todo puede pasar. ¿O no?