Aranceles, acuerdos comerciales y despliegue militar, líneas maestras de la nueva doctrina exterior de EEUU
– Europa Press/Contacto/Yuri Gripas – Pool vía CNP
MADRID, 5 dic (EUROPA PRESS)-
La nueva Estrategia de Seguridad Nacional presentada este viernes por la Casa Blanca -un documento que marca las directrices de la política exterior de la Administración Trump- marca como objetivo prioritario la «restauración del predominio» de EE.UU. en Occidente; una defensa sin paliativos de la descripción de la Doctrina Monroe que el presidente estadounidense proclamó esta semana: «El pueblo estadounidense, y no los países extranjeros, ni las instituciones globalistas, controlará su propio destino en nuestro hemisferio».
Estados Unidos, en términos generales, habla de una restauración de todas sus herramientas de ‘poder duro’, económicas y militares, para lograr este objetivo. El documento deja claro que Estados Unidos debe «reconsiderar» su presencia militar en el hemisferio y al mismo tiempo «priorizar su diplomacia comercial» a través de «las poderosas herramientas que son los aranceles y los acuerdos comerciales recíprocos».
Washington resume su estrategia en dos términos: «expandirse y alistarse». «Enlistaremos a nuestros aliados en el hemisferio para controlar la migración, detener el tráfico de drogas y fortalecer la estabilidad y la seguridad terrestre y marítima. Nos expandiremos cultivando y fortaleciendo nuevos socios, al tiempo que reforzamos el atractivo de nuestra nación como socio económico y de seguridad preferido del hemisferio», afirma el documento.
Aunque el documento da un peso primordial al hemisferio occidental, también aborda la nueva estrategia estadounidense en el Indo-Pacífico, Oriente Medio y África, a través de una iniciativa para «reequilibrar la relación económica con China», la estabilización de la situación de seguridad en el caso del segundo escenario y la transición, en el caso africano, de una relación centrada en la entrega de ayuda «y la difusión de ideas liberales» en el continente, hacia una centrada en el comercio y la economía.
UN REINICIO EN OESTE
El «realineamiento» militar anunciado por Estados Unidos tiene como principal objetivo «abordar las amenazas urgentes» que plantean «el narcotráfico y la migración ilegal o no deseada». Como lo ha estado haciendo durante meses, Estados Unidos continuará utilizando «despliegues específicos para asegurar la frontera y derrotar a los cárteles, incluido, cuando sea necesario, el uso de fuerza letal para reemplazar la fallida estrategia exclusiva de aplicación de la ley de las últimas décadas».
Aunque a Estados Unidos le resulta «difícil revertir cierta influencia extranjera» en América Latina, también ve una oportunidad en gobiernos que no están alineados ideológicamente con estas potencias, sino que basan su relación en términos económicos que Washington podría mejorar, utilizando la economía como arma para presentar una alianza más ventajosa.
En lo que respecta a Europa, Estados Unidos considera que «algunos funcionarios europeos» están mostrando «expectativas poco realistas» sobre la guerra en Ucrania y ha destacado como prioridad el restablecimiento de relaciones estratégicas con Rusia y salvar así una brecha entre Europa y Rusia que, en opinión de Washington, es el mejor ejemplo de la «falta de autoestima» y la amenaza de «borrado» que afecta actualmente a la «civilización europea».
«Queremos que Europa siga siendo europea, recupere su autoestima como civilización y abandone su enfoque fallido en favor de la asfixia de las regulaciones», afirma el documento antes de poner la guerra de Ucrania como caso representativo.
ECONOMÍA EN EL INDO-PACÍFICO, PAZ EN MEDIO ORIENTE
El marcado aspecto económico del documento queda perfectamente reflejado en el apartado dedicado a las nuevas líneas de actuación en el Indo-Pacífico. A la relación «reequilibrada» con China, Estados Unidos propone un «centramiento sólido y continuado en la disuasión para evitar la guerra» en la región, sin mencionar a Taiwán ni las numerosas disputas territoriales entre los países que comparten esas aguas, China entre ellos.
«Este enfoque combinado puede convertirse en un círculo virtuoso, a medida que la fuerte disuasión estadounidense abra espacio para una acción económica más disciplinada, lo que resultará en mayores recursos estadounidenses para mantener la disuasión a largo plazo y menos obstáculos regulatorios», dijo.
En lo que respecta a Oriente Medio, Estados Unidos ve una situación «menos problemática de lo que sugieren los titulares». Según Washington, Irán ha quedado «debilitado» tras la ofensiva conjunta estadounidense-israelí del pasado verano, los líderes del movimiento palestino Hamás «también están debilitados o han desaparecido» y el «problema potencial» que representa Siria puede desaparecer con la colaboración de Israel, Turquía y los aliados árabes.
Como nota digna de mención, Estados Unidos anuncia que «el dominio de Oriente Medio en la política exterior estadounidense, tanto en la planificación a largo plazo como en la ejecución diaria, ha terminado» porque «ya no es la fuente constante de irritación y el escenario potencial de una catástrofe inminente que alguna vez fue».
Por lo tanto, dentro de esta relativa distancia diplomática, la nueva estrategia de seguridad estadounidense abandonará «el desafortunado experimento estadounidense de intimidar a estas naciones -especialmente a las monarquías del Golfo- para que abandonen sus tradiciones y formas históricas de gobierno».
«Debemos alentar y aplaudir las reformas cuando y donde surjan de forma natural, sin intentar imponerlas desde fuera», subraya el documento.
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