así viven los trabajadores de la planta cero del Hospital de Toledo
Cada mañana Rosa repetir la misma rutina: ajusta la mascarilla, ajusta las gomas para que no haya fugas, ponte las gafas de seguridad y respira hondo antes de comenzar tu turno. Es el protocolo que, desde hace un año, ella y el resto de trabajadores de la planta baja del Hospital Universitario de Toledo. Sin embargo, a pesar del uso de material protector, los síntomas siguen apareciendo.
El origen de esta situación se remonta al 27 de noviembre del año pasado: «Hubo un brote de compañeros con dolores de cabeza, mareos, vómitos, desmayos…», cuenta Patricia laSexta. Algunos incluso tenían saturaciones de oxígeno anormalmente bajas.
Desde entonces, el número de personas afectadas no ha dejado de crecer e incluye técnicos, médicos, enfermeras, celadores y patólogos. Por su parte, Rosa, una de las trabajadoras, recuerda que estuvo un mes de baja y que coincidió con otros 34 compañeros en la misma situación.
Más de 400 informes de incidentes
Tal y como señalan y denuncian, este no es un caso aislado. En total se han registrado más de 400 informes de incidentes correspondientes a al menos un centenar de trabajadores diferentes. Del total, 16 tuvieron que ser atendidos en urgencias y todos recibieron un diagnóstico similar: efecto tóxico debido a la inhalación de gas.
Los síntomas son variados, pero comparten la misma linea. Los trabajadores reportan irritación de las mucosas, ojos, garganta y nariz; hemorragias nasales; afonía; ronquera; irritaciones de la piel que pican y pican; además de mareos y episodios de aturdimiento.
La situación ha provocado algunos solicitan un traslado y que otros, como Rosa, han optado por una reducción sustancial de la jornada laboral para limitar la exposición. «Ahora mismo solo trabajo el 25% para no sentir tantos síntomas», explica resignada.
El hospital ha realizado varias mediciones ambientales para intentar identificar la causa de esta sintomatología, pero ninguna ha arrojado resultados concluyentes. LaSexta se ha puesto en contacto con el Ministerio de Sanidad, que mantiene su postura: «La sustancia no se conoce porque no existe.. No hay análisis de ningún trabajador que dé positivo. No hay ningún profesional afectado», afirma la consejera, negando que exista un problema de tóxicos en el centro.
Sin embargo, los seis sindicatos hospitalarios discrepan profundamente con esa versión. En total han presentado 10 denuncias ante la Inspección de Trabajo. Consideran que los síntomas no se pueden explicar sin la presencia de algún tipo de agente químicoaunque por ahora se desconoce su origen.
«Estamos hablando de productos que No sabemos qué son ni de dónde vienen.«, advierten. La preocupación no se limita a los efectos inmediatos: temen las consecuencias a largo plazo de una exposición continuada. «No sabemos qué se puede estar acumulando en el cuerpo. Las posibilidades van desde problemas de fertilidad hasta determinados tipos de cáncer», advierten los representantes sindicales.
El conflicto ha llegado incluso a los tribunales. Aunque un juez decidió presentar el casoLa Audiencia de Toledo estudia actualmente su posible reapertura tras las quejas de los trabajadores y sus representantes.
Para quienes continúan desempeñando su trabajo en la planta baja, la sensación es de agotamiento y desesperación. «Tenemos esta sintomatología desde hace un año. Queremos salir de allí ahora«dice Rosa. Patricia insiste en que hay que revisar las mediciones y que el centro de salud debe tomar medidas más contundentes: «Si las pruebas que están haciendo no dan resultados, tendrán que hacer otra cosa. «No puede ser que sigan haciéndolas con nosotros dentro».
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