CASO JUAN ANTONIO GÓMEZ ALARCÓN
20 de julio de 2010. Martes. Juan Antonio Gómez Alarcón, experto montañero, sale de casa para hacer una ruta. El escenario, la sierra de Mijas, lugar que se conocía como la palma de su mano. Tanto, como para publicar una guía que estuvo editando durante años. “Serán dos o tres días”, dijo en casa. No regresó nunca de la montaña. Lo atrapó la sierra de Málaga. El dispositivo de búsqueda se activó tarde (él salió el martes de casa, los investigadores no batieron hasta el sábado) y terminó pronto: “tras tres días de búsqueda oficial, ya no se volvió a buscar en la sierra”, lamenta su hermana Carmen. Quisieron explorar otras vías. “Se dejó de buscar a Juan Antonio tras una llamada falsa que dijo verlo haciendo el Camino de Santiago”. No había certeza de ello.
[–>[–>[–>La realidad, la hipótesis que finalmente tiene más fuerza, es que todo apunta a que aquel día Juan Antonio se dispondría a hacer una ruta circular. Tramo que hacía muchas veces. Se sabe porque solo llevaba unas monedas, el dinero justo para tomar el autobús de ida, que cogió dirección Fuengirola-Marbella. La última vez que le vieron fue en la misma parada a las 9 de la mañana. Era una ruta que hacía con frecuencia.
[–> [–>[–>“Dejaron de buscar activamente con la excusa de que iban a trazar otras líneas de investigación, porque al parecer, eso… Habían dicho que lo habían visto haciendo el Camino, que había algunas pistas, entiendo que falsas, no sé si con maldad o no, pero que desviaron un poco esa visión”, explica la mujer, “y se dejó de buscar a mi hermano”.
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Carmen Gómez Alarcón lleva grabado desde entonces esos momentos. “Tras tres días de búsqueda oficial, ya no se volvió a buscar en la sierra… Fuimos los familiares los que estuvimos haciendo batidas. Las hicimos durante muchas semanas y muchos meses, pero fueron batidas organizadas por parte de voluntarios y familia”. Tuvieron que dejarlo. “Se dejó de buscar porque ya no había personas con las condiciones específicas, y no tenemos medios… Y al final se dejaron de hacer los rastreos”.
[–>[–>[–>Montañero experto
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“La principal hipótesis es que está en algún lugar de la sierra”, cuenta su hermana Carmen. El joven, de 32 años, tenía como principal pasión recorrer esa sierra. Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte en 2009. Un año más tarde, (2010)haciendo los tres cursos en uno, se diplomó en Magisterio de Educación Física. Amaba el deporte, la actividad física y quería que todos lo hicieran: «a la vez se preparó las oposiciones para profesor». Sobresaliente en todo lo que hacía, cerró el ciclo con 25 matrículas de honor. Tras presentarse al examen como opositor, programó su salida, necesitaba desconectar. Eso solo lo hacía en la sierra. Contactó con varios amigos para programar la ruta, no podían, trabajaban, así que decidió irse él solo. “Hacía una ola de calor horrorosa. Cualquiera pudo tener aquel día un accidente o un desmayo…”, describe Carmen.
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“La búsqueda de los primeros días era una cuenta atrás. Era mucha incertidumbre porque sin agua no se puede estar”
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Tras encenderse las alarmas, su familia luchó a contrarreloj por encontrarlo con vida. La Guardia Civil no se activó de inmediato, “nos pidieron esperar 24 horas”. En una montaña el tiempo apremia. “Muy duro”, resume su hermana. “La búsqueda de los primeros días era una cuenta atrás. Era mucha incertidumbre porque sin agua no se puede estar”. Las preguntas, constantes, no cesaban. ““¿Estará herido? ¿Llegaremos? ¿Necesita agua? La búsqueda de los primeros días era una cuenta atrás por encontrarlo con vida”.
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[–>Llevaba comida y agua para afrontar tres días de ruta. No llevaba documentación, ni tarjetas de crédito. No llevó consigo su teléfono móvil ni apenas dinero. Lo normal en él cuando salía a la sierra. Sin hilo del que tirar, sin indicios, sin nada, el caso, archivado desde 2012, quedó sin respuesta.
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Su mochila, bastón o una bota
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“En el caso de mi hermano Juan Antonio han fallado muchas cosas”, lamenta hoy Carmen. La mujer echa la vista quince años atrás y revive – con dolor- aquellos primeros momentos. “Creo que falló la coordinación entre los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad; la no preparación en temas de búsqueda en grandes áreas y, quizá, que se siguieron rumores y cosas que tampoco tenía mucha veracidad y al final la familia lo paga como sintiendo que no se le buscó de manera adecuada y durante el tiempo que razonablemente se podía haber buscado una persona”.
[–>[–>[–>No cree que, quince años después, nadie bata la sierra, de forma oficial, buscando a Juan Antonio. “Para que se reactivaran búsquedas de manera oficial debería aparecer algún indicio: la mochila, el bastón, una bota… algo que pudiera reabrir el caso, si no de manera oficial no lo van a buscar. El caso está archivado desde 2012 y desde entonces nadie lo busca”.
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Juan Antonio Gómez Alarcón, desaparecido en 2010. / En Paradero Desconocido
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Esperanza
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Amante de la montaña y enamorado de la Sierra de Mijas, el joven editó durante años una guía con rutas de esa misma sierra. El objetivo era uno solo: dar a “conocer esta bella sierra” y animar “al excursionista a poder aventurarse en ella sin temor a perderse”. Desde hace quince años lo buscan. Él se perdió en ella.
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A la del accidente se le suma una hipótesis que cobra fuerza. Juan Antonio descubrió y plasmó en su guía 54 cuevas. Expertos y familiares coinciden: «Quizá en esa ruta descubrió la 55 y por eso no lo encontramos”, lamenta su hermana Carmen, que sueña con que otro espeleólogo coja el testigo y encuentre esa posible cueva.
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“La esperanza nunca se pierde, ¿no? Entonces de una manera de otra, si realmente sufrió un accidente en la montaña, pues no perdemos la esperanza de que algún día alguien pase o entre, o encuentre algo y podamos encontrarlo si está ahí”. Tras quince años, su hermana todos los días sueña. “Mientras no hay evidencia de muerte, hay esperanza de vida… por lo tanto, siempre queda un resquicio de que haya pasado algo diferente, tenga amnesia o cualquier cosa de estas, y esté vivo, ¿no? Quizá un poco ser más soñadores, pero nunca se pierde la esperanza de encontrar a mi hermano con o sin vida”.
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Desde hace década y media batallan por encontrarlo. Luchan, también, porque su memoria. Juan Antonio Gómez Alarcón, el montañero al que atrapó la sierra de Málaga, sigue desaparecido. Luchan contra el olvido: que nadie olvide su nombre.
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