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la generación Z impulsa una nueva ola de protestas por todo el mundo

la generación Z impulsa una nueva ola de protestas por todo el mundo
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  • Publisheddiciembre 13, 2025



Una nueva ola de jóvenes inconformistas ha barrido países de todo el mundo. Desde el Sudeste Asiático hasta América Latina, pasando por África y Europa, La generación Z ha salido a la calle. para derrocar gobiernos, pedir una sociedad más justa y exigir un futuro mejor. El éxito de las protestas ha variado en cada caso, sin embargo todas parecen tener un elemento común: el rechazo al poder establecido y el papel de las redes sociales.

Bulgaria y México Han sido algunos de los últimos países en registrar un nuevo brote de manifestaciones, lideradas por jóvenes nacidos a finales de los 90 y principios de los 2010. «La Generación Z no se quedará callada», con este lema miles de personas salieron a las calles de la capital búlgara, Sofía, para protestar contra el Gobierno conservador y el que será su primer presupuesto en euros. Pero el descontento va más allá.

Según informó DW, el Corrupción, bajos salarios o falta de libertad de prensa. han llevado a la sociedad -y especialmente a los más jóvenes- a exigir un cambio que en la última semana ha precipitado la caída del Ejecutivo tripartito. Tras una nueva jornada de protestas, el jueves el primer ministro del país, Rosen Zheliazkovanunció su dimisión: «Escuchamos la voz de los ciudadanos, debemos estar a la altura de las exigencias. Tanto los jóvenes como los mayores alzaron su voz a favor de la dimisión. Debemos fomentar esa postura cívica», dijo al comunicar su decisión a la Asamblea Nacional.

Protesta antigubernamental en SofíaBORISLAV TROSHEVAgencia EFE

Apenas unas semanas antes le tocó el turno a México. «No estamos asociados con ningún partido o asociación. Sólo queremos un futuro mejor para nosotros», explicó. Ángel Moralesde sólo 16 años, a EFE en una movilización el pasado 20 de noviembre. En el país norteamericano las protestas también se han centrado en la reivindicación de una Mayor seguridad ante la ola de violencia. del crimen organizado en determinadas zonas.

Transparencia, libertad, seguridad y oportunidades se encuentran entre las principales demandas, junto con la defensa de los servicios públicos, una demanda que cobró especial protagonismo en Marruecos. Allí, miles de jóvenes de la Generación Z corearon consignas como «menos Mundial y más hospitales». Las protestas coincidieron con la preparativos para el Mundial 2030que Rabat organizará junto con Portugal y España. Un acontecimiento que el Gobierno ha aprovechado para mejorar su imagen a nivel internacional, priorizando la inversión en infraestructuras y estadios por encima de otras demandas sociales.

Un fenómeno cíclico

Ignacio Urquizu, Catedrático de Sociología Aplicada de la Universidad Complutense, explica a LA RAZÓN qué ha llevado a esta nueva generación de jóvenes -que muchas veces han sido calificados de conformistas o desinteresados- a luchar contra el status quo: «A partir de los 20 años, muchas personas buscan independizarse, acceder a su primer alquiler (…) empiezan a descubrir que en la vida hay responsabilidades materiales y con los salarios actuales no les alcanzan para alcanzar la vida a la que aspiran».

La docente recuerda que se trata de un fenómeno cíclico. En la década de 2010 se desató una nueva ola de indignación juvenil, consecuencia directa del malestar generado por la crisis económica de 2008. 15M, Occupy Wall Street y la Primavera Árabe, que abogaban por el fin de los regímenes autoritarios en estos países, fueron algunos de los movimientos más emblemáticos. En ellos comenzó a cobrar relevancia el papel de las redes que estaban dando sus primeros pasos. En las protestas árabes, Twitter se consolida como la plataforma nexo Sin embargo, en términos de organización y difusión, la actual X ha ido perdiendo protagonismo frente a TikTok o Discord, un servicio de mensajería instantánea centrado en comunidades y muy popular en el mundo de los videojuegos.

Fue en este último donde cerca de 100.000 nepalíes, la mayoría pertenecientes a la generación Z, participaron en el debate político sobre el futuro de su país, aceptando finalmente el nombramiento del ex presidente del Tribunal Supremo, Shushila Karki, como primer ministro interino mediante una votación online. Al igual que en Marruecos, en los días anteriores, Nepal registró protestas juveniles desatadas en esta ocasión a raíz de la decisión del Gobierno de bloquear el acceso a numerosas plataformas digitales y servicios de mensajería como Facebook, X o YouTube.

El ejecutivo argumentó que eran utilizados por los usuarios para difundir odio e información falsa o cometer delitos cibernéticos que «perturbaban la armonía social», mientras que los hijos de políticos y otras élites del país -en el que el 20% de la población está por debajo del umbral de pobreza, y el nivel de desempleo entre los más jóvenes alcanza el 20,65%, según datos de Macrotrends- los utilizaban para muestra tu estilo de vida lujoso. Las restricciones en las redes sociales, sumadas a los problemas estructurales del país asiático, contribuyen a comprender esta indignación, según señala Darío García de ViedmaInvestigador del Real Instituto Elcano en el ámbito de la política tecnológica y digital: «Llega un momento en el que las tensiones, y sobre todo, las frustraciones de la juventud por la desigualdad y las condiciones materiales, se multiplicaban a través de las redes sociales».

Manifestantes chocan con la policía por la prohibición de las redes sociales en Nepal
Manifestantes chocan con la policía por la prohibición de las redes sociales en NepalNARENDRA SHRESTHAAgencia EFE

Protestas virales

Las imágenes de edificios gubernamentales como el Parlamento o la residencia del primer ministro siendo atacados y vandalizados, así como enfrentamientos entre fuerzas de seguridad y manifestantes trascendieron fronteras, llegando a dispositivos y medios de comunicación internacionales. Este carácter visual ha sido otro de los elementos distintivos de las protestas de la Generación Z, contribuyendo en gran medida a su difusión: «Estoy seguro de que cuando quemaron el Parlamento o cuando arrojaron a los ministros al río y los persiguieron río abajo, lo hicieron en parte por la ira que acumulaban, pero también por el carácter visual. Es decir, esto se va a volver viral y si nos ha llegado a España y al resto del mundo esta protesta se debe a la fuerza de estas imágenes», concluye Viedma.

Las protestas provocaron la dimisión del primer ministro del país, Khadga Prasad Olio el Ministro del Interior, Ramesh LekhakInaugurando una etapa de transición en Nepal, en la que los jóvenes han buscado una alternativa realista, el investigador del Instituto Elcano vuelve a señalar a LA RAZÓN: «No eligieron a una persona propia de la juventud, lo que se hizo era buscar el consenso con otros grupos políticos, y por eso proponen a este primer ministro», que rápidamente recibió el visto bueno del presidente y del Ejército, y cuya próxima misión será convocar elecciones. «Creo que se ha hecho un buen trabajo. Los manifestantes no están aquí para destruir el sistema, sino para crear nuevos canales de conversación dentro del sistema existente. Ya vemos que los candidatos emergentes están escuchando a la población joven y están tratando de abordar los principales problemas que los llevaron a protestar», añade Viedma.

De Nepal a Madagascar

Las revueltas nepalíes fueron seguidas de cerca por Madagascar. Las redes no sólo sirven como altavoz, también han encendido la mecha en otros países con sistemas democráticos más frágiles o autoritarios. «Las protestas en Nepal fueron un momento clave en la creación del movimiento Madagascar Generación Z. Lo ocurrido en Nepal dio al pueblo de Madagascar la esperanza de que era posible derrocar el sistema, que los jóvenes podían tomar el control de su propio destino y que la situación en el país no era inevitable. A partir de entonces, la gente empezó a alzar la voz y sus voces se unieron bajo el movimiento ‘Madagascar Generación Z'», afirmó un joven manifestante de 26 años que no quiso ser identificado a France24.

En la isla africana, donde la edad media es inferior a los 30 años, la generación Z mostró su descontento con los continuos cortes de luz y agua. Los días de protestas en este caso provocaron la huida del presidente del país, Andry Rajoelina, quien fue reemplazado por el coronel Michael Randrianirina. Su figura ganó gran popularidad entre los jóvenes tras rechazar las órdenes del expresidente de reprimir a los manifestantes.

Símbolos culturales de resistencia.

México, Nepal, Madagascar, Marruecos, todos ellos tienen una característica más en común: el uso de una bandera con una calavera sonriente y sombrero de paja. Esta se conoce como ‘Jolly Roger’, y surge del manga y anime japonés One Piece, en el que su protagonista, Monkey D. Luffy y su tripulación, a menudo se ven obligados a luchar contra injusticias. Una vez más, la presencia de este símbolo identificado con la resistencia, ampliamente reconocido y compartido en diferentes puntos, tiene antecedentes, como el uso de la máscara que oculta la identidad de Guy Fawkes en ‘V de Vendetta’ en el movimiento Occupy Wall Street. Este es otro elemento de cOhesión dentro de la cultura popular.y especialmente cercano a las nuevas generaciones.

Protesta de la Generación Z en México
Protesta de la Generación Z en MéxicoPRENSA ASOCIADAAgencia AP

Si bien las causas han diferido según el contexto de cada país y sociedad, las raíces del malestar juvenil comparten el mismo sustrato: corrupción, desigualdad, deterioro institucional y ausencia de expectativas. En las llamadas ‘protestas de la generación Z’, las redes siguen siendo altavoz y catalizador del descontento, transformando una vez más la forma en que Los jóvenes se movilizan y comunican su descontento.y convertirse en un espacio cada vez más decisivo de articulación política. También desde Serbia hasta Kenia o Indonesia, el desencanto de los ‘centenarios’ se ha materializado con una coordinación global que trasciende fronteras. Queda por ver si esta nueva ola será capaz de traducir su impulso en cambio político y social duraderoo si volverá a diluirse, como tantas otras expresiones de inconformismo.



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