Galicia logra frenar el consumo de bebidas energéticas entre menores antes incluso de prohibirlas
Es una realidad. Cuatro de cada diez menores españoles consumen bebidas energéticas de forma regular. Lo hacen a pesar de los riesgos para la salud comprobados y las advertencias médicas que se han ido acumulando durante años. En Galicia, sin embargo, algo empezó a cambiar incluso antes de que se produjera una prohibición formal.
El simple anuncio de la prohibición de la venta de estas bebidas a menores ya ha repercutido efecto palpable: el consumo adolescente ha caído.
Según los últimos datos del Plan Nacional de Control de Drogas, en sólo dos años el porcentaje de estudiantes gallegos entre 14 y 18 años quien admite haber consumido bebidas energéticas en el último mes pasó del 45,6% al 31,3%. Se trata de una caída de más de 14 puntos porcentuales que sitúa a la comunidad entre los consumidores más bajos de todo el estado, muy por debajo del promedio nacional, que se mantiene en 38.4 por ciento.
La reducción se produce ante la futura ley gallega de prevención de conductas adictivaspromovido por el Ministerio de Sanidad, y que incluirá la prohibición expresa de la venta, consumo o tenencia de bebidas energéticas por parte de menores. El texto se encuentra actualmente en procedimiento parlamentario y su aprobación final se retrasó debido a la convocatoria de elecciones autonómicas. La Xunta prevé que la norma entre en vigor una vez publicada en Boletín Oficial de Galicia.
Desde Sanidade insisten en que las bebidas energéticas no mejoran el rendimiento académico o deportivo. Más bien, advierten que una sola lata puede contener el equivalente a dos cafés espresso y altas concentraciones de cafeína, taurina y otros estimulantes. La ley prevé sanciones leves, desde 200€para menores de edad que lo consuman o posean.
«Todos los días en consulta vemos la efectos de este consumo«, explica Cristina Simón, médica de familia en Ourense. «Hipertensión, ansiedad, insomnio, taquicardia, síncope.…Se trata de adolescentes que llegan con síntomas evidentes vinculados al abuso de estas bebidas. » El médico también destaca otro riesgo adicional: “El consumo de bebidas energéticas es una puerta de entrada a mezclarlos con alcohol y mayor proximidad al consumo de drogas.
La normativa gallega va más allá del veto a las ventas. También prohíbe la presencia de estas bebidas en hospitales, centros educativos y eventos deportivos destinados a menores. Incluso regula su Colocación en supermercados y tiendas.para evitar que estén cerca de productos destinados a niños. «Todo lo que tiene el acceso y el consumo se han reducido significativamente«dijo Simón.
Entre las familias, la percepción es clara. Joaquín, padre de dos adolescentes, no tiene ninguna duda: «Sabemos que son dañinosIncluso se han producido muertes relacionadas con su consumo. nuestros hijos están informados y saben que son peligrosos.
Yago, otro padre, subraya directamente el efecto disuasorio del anuncio de la Xunta: «En casa los ven como alcohol. Mi hijo me dice: ‘Papá, no podemos beberlos'». El mensaje de prohibición ha penetradodecimos cosas malas de ellos y eso los deprime.
Norma, madre de una adolescente, reconoce que el consumo todavía existe: “Consumen mucho, aunque mi hija no lo consuma, por eso creo que Esta norma debería extenderse al nivel nacional.. «No erradicaría completamente el problema, pero ayudaría mucho».
Entre los propios adolescentes hay mayor concienciapero no de manera uniforme. Alejandra, de 14 años, asegura que le explicaron bien los riesgos, pero observa otra realidad a su alrededor: “Tengo compañeros que consumir todos los dias después del entrenamiento.»
En las tiendas el cambio también se nota. Clara Fornisvendedor en una tienda de golosinas y bebidas energéticas, explica que el anuncio de la prohibición ya ha tenido consecuencias: «Muchos menores no saben exactamente si está prohibido o no, pero por si acaso no los compran. Saben que son peligrosos y no quieren infringir la ley.«. Incluso durante las excursiones escolares se percibe el cambio: «Antes los profesores no decían nada; Ahora lo están prohibiendo directamente. »
A pesar del descenso, las cifras siguen siendo preocupantes. En Galicia, algunos 39.000 adolescentes Continúan consumiendo bebidas energéticas. La Xunta espera que cuando la ley entre en vigor se reduzca aún más el consumo y la efecto ejemplar provocar cambios similares en otras comunidades.
Por ahora, Galicia demuestra que la mensaje politico y sanitarioincluso antes de convertirse en ley, puede cambiar hábitos. Un primer paso para frenar una tendencia que había normalizado el consumo de estimulantes entre los menores y que por fin empieza a descender.
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