ICL suspende el proyecto previsto en Sallent para fabricar material para baterías eléctricas
Sallent no tendrá finalmente la planta de cátodos para baterías eléctricas que había anunciado el grupo ICL el pasado mes de enero, y que debía ubicarse en las antiguas instalaciones mineras de la compañía en el municipio del Bages, que cerraron en el otoño de 2020. La multinacional israelí preveía establecer una joint venture con la china Shenzhen Dyanonic para impulsar el proyecto. La decisión de discontinuar el negocio de material catódico, que también afecta al proyecto previsto por ICL en Saint Louis, en los Estados Unidos, se toma tras una revisión exhaustiva de la dinámica cambiante del mercado y refleja el impacto de los cambios recientes en las políticas gubernamentales, incluida la finalización de la subvención del Departament d’Energia dels Estats Units o la falta de suficiente apoyo económico en el caso de Europa, según ha podido saber este diario.
[–>[–>[–>En el caso de los Estados Unidos, el gobierno de Donald Trump ha abortado las ayudas al vehículo eléctrico impulsadas por la Administración Biden. En cuanto a Europa, para el Proyecto de Sallent se solicitó una ayuda del Innovation Fund, de 140 millones de euros, pero el pasado 3 de noviembre se comunicó que ICL no era adjudicataria. Además, los costes de inversión y operación, combinados con los precios bajos actuales del mercado, y sin el apoyo de estas ayudas, han llevado a la joint venture a concluir que el proyecto actualmente no es viable.
[–> [–>[–>Además, el gobierno chino ha anticipado limitaciones a la transferencia de tecnología. El pasado 9 de octubre, el Ministeri de Comerç y la Administració General de Duanes de ese país anunciaron que se implementaban controles de exportación en artículos relacionados con baterías de litio, materiales de cátodo y materiales de ánodo de grafito. Una medida que entró en vigor el pasado mes de noviembre, con el objetivo de salvaguardar la seguridad y los intereses nacionales, según destacó el gobierno chino.
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A la búsqueda de una alternativa
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Pese a la suspensión del proyecto inicial, ICL sigue apostando por la comarca del Bages y, según ha podido saber Regió7, continúa trabajando codo con codo con el govern català y el gobierno español para encontrar algún proyecto alternativo para el territorio que permita ayudar a poner en valor el espacio industrial y toda el área. En este sentido, ya se han producido algunos contactos con ambas administraciones, mientras ICL plantea organizar una mesa de trabajo para avanzar en la solución. Para el grupo israelí es importante definir otros negocios alternativos en su cadena de valor. Por lo tanto, la decisión permite abrir alternativas a otras inversiones con este presupuesto.
[–>[–>[–>La fábrica, que debía situarse en la vanguardia tecnológica en cuanto a la elaboración de materiales para baterías, estaba previsto que se centrara en la producción de cátodos, componentes esenciales para las baterías de iones de litio. Elementos de gran relevancia, ya que se utilizan en vehículos eléctricos y dispositivos electrónicos.
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Con el proyecto, Sallent debía convertirse en un referente de innovación y sostenibilidad, y en un elemento clave en la cadena de suministro de la industria de la electromovilidad. Además, la planta debía suponer un paso crucial en la transición energética catalana para liderar la revolución verde en Europa.
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[–>El proyecto contaba, además, con el aval de la Generalitat, ya que cumplía los requisitos para ser considerado «estratégico» para el país. Es decir, una inversión superior a los 20 millones de euros con capacidad de generar empleo y oportunidades concretas a nivel del ecosistema local de proveedores, una calificación legal que debía permitir a la multimillonaria inversión una agilización de los plazos administrativos por parte de la Generalitat.
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Según declaró a este diario el conseller d’Empresa i Treball de la Generalitat, Miquel Sàmper, la instalación de la fábrica en Sallent debía ser un proyecto «clave» para Catalunya —también en línea con los propósitos del Govern en materia industrial— para cumplir con la directiva europea para acabar con los coches de combustión y para electrificar la industria.
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