Maruchi, de Casa Puyo, un legado de cariño en Trubia
Con profundo dolor y una inmensa tristeza, la hostelería asturiana y, en especial, la localidad de Trubia, despiden a Maruchi, alma de Casa Puyo.
[–>[–>[–>Maruchi, de Casa Puyo, un legado de cariño en Trubia
[–>[–>[–>
Maruchi, junto a sus hermanas Carmina y Marilí, fue la expresión de la bondad y el cariño al frente de este emblemático establecimiento desde sus orígenes en los años cincuenta. Trabajadora incansable, dedicó su vida a atender el comedor con una calidez única, ensalzando las virtudes de sus clientes y convirtiendo cada comida en un auténtico encuentro familiar.
[–> [–>[–>Casa Puyo ha ofrecido siempre una cocina honesta, de casa, de guisandera, que se gestaba y sigue haciéndolo, en sus dos viejas cocinas de chapa, donde el tiempo y el cariño son ingredientes indispensables. Ir a Casa Puyo era y es «comer en familia». Para mí es una referencia ineludible por su vinculación con nuestra familia desde sus orígenes, cuando mi padre llegó a trabajar a la Fábrica de Armas en aquella Trubia brillante y esplendorosa.
[–>[–>[–>
Con Maruchi se marcha una generación irrepetible, una época marcada por el servicio sincero y la dedicación absoluta. A pesar de la tristeza, el consuelo reside en que su legado perdura: su sobrina Marilí, hija de su hermana Carmina, mantiene viva la esencia de Casa Puyo, asegurando que este establecimiento siga siendo un lugar inolvidable.
[–>[–>[–>Descansa en paz, Maruchi.
[–>[–>[–>
Suscríbete para seguir leyendo
Puedes consultar la fuente de este artículo aquí