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Alcaraz se separa de Ferrero, su entrenador desde que empezó en el tenis profesional

Alcaraz se separa de Ferrero, su entrenador desde que empezó en el tenis profesional
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  • Publisheddiciembre 17, 2025



«Es muy difícil para mí escribir este mensaje». Con estas palabras, Carlos Alcaraz anunció este miércoles lo que muchos no esperaban que sucediera tan pronto: el fin de su asociación con Juan Carlos Ferrero después de más de siete años juntos.

El entrenador de Alcaraz será Samuel López, como pudiste confirmar ESPAÑOL. No es un desconocido, ya que en 2024 y 2025 desempeñó un papel complementario dentro del conjunto técnico murciano, acompañándolo en importantes torneos como miami Y Reina.

Lo extraordinario de esta separación no es que suceda, sino cuándo sucede. En el tenis profesional las rupturas entre jugador y entrenador suelen ir acompañadas de polémicas, reproches velados o silencios incómodos.

Alcaraz y Ferrero eligieron otro camino: separarse de la cima, del lugar donde siempre quisieron estar. «Creo que si nuestros caminos deportivos se separaran, debería ser desde allí arriba. Desde donde siempre trabajamos y siempre aspiramos a conseguir», escribió el murciano, sellando una decisión que parece menos una ruptura que el cierre natural de una obra maestra.

Ferrero, campeón de Roland Garros en 2003 y ex número uno del mundo, entró en la vida de Alcaraz cuando éste era apenas un niño. Desde aquel primer encuentro hasta hoy, ambos han recorrido juntos un camino que ha redefinido el tenis moderno.

EL gran slam ganados, números uno ganados, títulos acumulados: todo esto es parte del patrimonio compartido. Pero Alcaraz no se limita a los números. «Son tantos recuerdos que me vienen a la mente que quedarse con uno solo no sería justo», escribió, reconociendo que lo que vivieron juntos trasciende todos los récords.

Quizás lo más revelador de esta afirmación sea lo que se lee entre líneas: la conciencia de que ambos lo han dado todo. Alcaraz escribe sobre “la tranquilidad de saber que no nos queda nada para dar, que todo lo hemos puesto a disposición de los demás”.

Carlos Alcaraz, en sus inicios, entrenando con Juan Carlos Ferrero

Carlos Alcaraz, en sus inicios, entrenando con Juan Carlos Ferrero

Imagen proporcionada

En una profesión donde las exigencias son absolutas, donde los egos chocan regularmente y donde la presión tiende a envenenar las relaciones, estos reconocimientos parecen casi utópicos. Sin embargo, el tono del mensaje sugiere que, en este caso, la utopía era real.

Lo que distingue a esta separación de las demás es la presencia del crecimiento personal. Ferrero no era sólo un entrenador que impartía tácticas de tenis. Según Alcaraz, le formó como persona. «Me hiciste crecer como deportista, pero sobre todo como persona. Y algo que agradezco mucho: disfruté el proceso», escribe el murciano.

Siete años es una eternidad en el tenis moderno. Alcaraz pasó de adolescente prometedor a campeón indiscutible. Ferrero pasó de ser una leyenda relegada al pasado a ser el artífice de la leyenda viva. Ambos crecieron juntos, en direcciones diferentes pero complementarias.

Y ahora, en un acto que requiere una rara madurez emocional, ambos reconocen que el ciclo ha cerrado el círculo.

El comunicado de Alcaraz finaliza con una frase que recoge la esencia de esta colaboración: «Os deseo lo mejor desde el fondo de mi corazón en todo lo que pase». Este no es un adiós resentido, sino uno dicho por agradecimiento.

A ambos les esperan nuevas aventuras, pero su legado compartido permanecerá intacto: una alianza que transformó los sueños de la infancia en realidades globales, que enseñó que ganar también implica disfrutar el viaje y que demostró que no todo final en los deportes profesionales tiene que ser una batalla.





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