la historia de este negocio, una institución en Salas
Los salenses asistieron el domingo a un particular viaje en el tiempo. La reapertura por un día del histórico comercio El Siglo, dieciséis años después de su cierre, sirvió para evocar otros tiempos y recordar la historia de un establecimiento que durante décadas fue un referente y una institución en la villa. No solo por la cantidad y variedad de género que tenía a la venta, sino por la personalidad y buen hacer de la familia que lo regentó durante casi cien años.
[–>[–>[–>La historia de El Siglo comienza con Juan González, un hombre natural de Cotariello (La Espina), que emigró a Cuba en busca de un futuro mejor. Cuando regresó se casó con la salense Concha Menéndez y con ella tuvo ocho hijos. Sobrevivieron seis: Arturo, Mario, Olvido, Concepción, Celia y Sofía. Celia y Sofía fueron las últimas responsables del negocio y las más recordadas por los salenses. La primera murió en 2008, a los 100 años, y Sofía se marchó a finales de 2009 con 97 años y trabajó hasta casi el final de sus días. Los vecinos las recordaban este domingo como mujeres muy trabajadoras y entrañables.
[–> [–>[–>La construcción del inmueble
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En la conocida como «Huerta de lso Canónigos», en la actual Avenida de Galicia, se levantó el caserón que dio cobijo a El Siglo. Corría el año 1914. En las dos plantas superiores se instaló la vivienda familiar y en la planta baja el negocio, que inicialmente se dedicaba a la venta de telas. Además, dentro del local había una oficina, que aún se conserva, dedicada a la sucursal del Banco de España que regentaba Juan González. En el lateral del edificio aún se conserva una placa que señala el cargo del hombre.
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Con el paso de los años, el negocio evolucionó y se podía encontrar casi de todo, desde mercería a juguetes, pasando por ropa de trabajo o telas. Los vecinos destacan la ilusión que hacía a los más pequeños asomarse al escaparate del negocio para ver los juguetes que llegaban cada Navidad. Este domingo, las actuales propietarias del edificio decidieron permitir a los vecinos entrar al interior de la tienda y coger gratuitamente los artículos sobrantes del negocio, que se conserva tal cual estaba en 2009, cuando cerró sus puertas tras casi un siglo recibiendo a los salenses.
[–>[–>[–>Lo mismo pasa con la vivienda superior. Las estancias donde Celia y Sofía pasaron sus últimos años parecen congeladas en el tiempo, como sus recuerdos. Las camas están hechas, todavía está la ropa colgada como si acabara de ser usada y en la mesa junto al icónico corredor de la primera planta hay un juego de café esperando quizás una última visita.
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Muchos vecinos acudieron el domingo a la llamada de las actuales dueñas por el gusto de volver a cruzar las puertas de El Siglo, un establecimiento muy querido y que sigue vivo en el recuerdo de los salenses.
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