Su tratamiento se basaba en manosearte y no escucharte
«Tengo mucha desconfianza, no me apetece salir a la calle sola; además, me pusieron un abogado de oficio, y lo que menos me apetece es hablar con un hombre». Así se expresa la víctima del psicólogo detenido en Murcia por agredirla sexualmente. Rocío (nombre ficticio) da su testimonio a La Opinión porque quiere ayudar a otras pacientes que, como ella, hayan sufrido algún tipo de experiencia traumática con el mismo sujeto, profesional del Servicio Murciano de Salud (SMS) destinado (y actualmente de baja) en el Centro de Salud Mental de San Andrés.
[–>[–>[–>El psicólogo, de 62 años, durmió una noche en el calabozo y se encuentra en libertad con cargos tras pasar el viernes a disposición de la titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer Nº 1 de Murcia. Tiene prohibido acercarse a su víctima.
[–> [–>[–>Rocío rememora que acudió a pedir ayuda psicológica a la Seguridad Social porque fallecieron sus padres de forma repentina y «necesito que me ayuden a superar el duelo«. El profesional la hizo sentir «incómoda y poco escuchada».
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«Siente tu niña interior»
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«Nunca fui escuchada por él, fui manoseada», tiene claro ahora, aunque admite que «no fui consciente de todo hasta que lo comenté en casa».
[–>[–>[–>«Cuando sales de la consulta, no has hablado de que echas de menos a tus padres, estás mal»
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Tras dar el paso de denunciar, Rocío (que está muy agradecida a la Policía Nacional por el trato) es consciente de que «sus tratamientos se basaban en manosearte y no escucharte«. El individuo, va desgranando, «te tira al suelo, dice que te hace hipnosis y reiki, estás totalmente relajada, y entonces te levanta la camiseta y te acaricia mientras te dice: ‘Siente tu niña interior’«.
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«Te mueve el pantalón, te toca… a mí me ha tocado entera», rememora, con dolor, la mujer, que comenta que «cuando sales de la consulta, no has hablado de que echas de menos a tus padres; al final, te vas a casa mal«.
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[–>La paciente ve factible que haya «alguna chica a la que le haya pasado lo mismo y, por miedo, no lo haya dicho». Además, tiene conocimiento de que, antes de su denuncia, hay personas que solicitaron el cambio de psicólogo. «A ver por qué motivo», se pregunta al respecto.
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«Cuando se lo conté a mi doctora, me dijo que cambiase de psicólogo y ya está»
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Por otro lado, la denunciante lamenta el trato recibido por otros sanitarios: «Cuando se lo conté a mi doctora, me dijo que cambiase de psicólogo y ya está».
[–>[–>[–>«Me llamó por teléfono»
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Rocío relata que, al tener conocimiento de que lo había denunciado, el psicólogo «me llamó por teléfono». «Automáticamente, le colgué», subraya.
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«A mí me gustaría que no trabajara más», hace hincapié, ya con lágrimas en los ojos, para recalcar que «no hay derecho a que una persona así siga ejerciendo, ni de que una doctora de cabecera te diga ‘cámbiate de psicólogo’, sin más. Porque no es fácil decidir ir a un psicólogo».
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La mujer también recuerda que «me citaba a las dos de la tarde, cuando ya no había nadie en el centro, estábamos siempre a solas«, así como que «la última vez me cogió, me subió encima de él y me levantó la camiseta».
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«Me puso las manos encima del pecho… me dijo que me había hecho reiki, que me había puesto las manos en mis partes íntimas y que indagaríamos más en la próxima consulta. Pero no hubo una próxima». Seres así «juegan con la vulnerabilidad de la persona», tiene claro.
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