Queridos Reyes Magos
Me gustaría poder dejarte esta carta en aquel mago de papel maché, cuyo arcón en mano hacía las veces de buzón real en aquellos almacenes navarros de mi infancia, en plena calle Corrida. En esos lujosos escaparates en forma de U, donde se podían encontrar vasos, juguetes de última generación, delicados jarrones y figuras de porcelana o piezas de plata. Como todo eso son sólo recuerdos, recurro a este medio para dirigirme a vuestra gente real, con esta lista de peticiones, pensando siempre en mi sufrido Gijón:
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