Después de casi un mes tras las rejas, parece que José Luis Ábalos Ya no tiene tan claro que pueda demostrar su inocencia. Lejos de «ojo de tigre» con la que lo vio el abogado del ex ministro tras su ingreso a prisión, ahora ha solicitado al Tribunal Supremo que lo juzgue un jurado popular.

Con este giro en su estrategia de defensa buscaría sacar provecho al pensar que convencer a la gente corriente podría ser más fácil que a los juristas del alto tribunal. el magistrado Joaquim Bosch asegura que el argumento central del pedido de la defensa de Ábalos es que está siendo investigado por delitos de tráfico de influencias, soborno y malversación de fondosdelitos que la ley exige «ser juzgados por un jurado».

Es la primera vez que pide al Tribunal Supremo que lleve un caso a un jurado popular, un clavo ardiente al que Ábalos se aferra sabiendo que se enfrenta a muchos años de prisión. Por eso es muy sintomático que su escrito de defensa se refiera a al caso de Francisco Camps en el juicio por el caso Gürtel.

Después de declararse inocente, un jurado popular lo declaró inocente con cinco votos a favor y cuatro en contra, argumentando que estos supuestos obsequios no podían acreditarse y que su relación con otros imputados era meramente comercial.

Pero la realidad es que el caso de Camps y el de Ábalos tienen matices, como explica Bosch a laSexta: «En aquel caso sólo había una acusación por un delito de cohecho, no hubo otros delitos que no sean parte de la ley de jurados«Diferencias determinantes que la Corte Suprema tendrá que valorar.

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