Que nadie se quede sin una cena especial en Nochebuena. Es uno de los objetivos de la asociación solidaria Paluso, que este 2025 se cumplen 31 años de organización, cada 24 de diciembre, de una noche inolvidable en una carpa situada en la avenida de Saint-Jacques-de-Compostelle.

No pararon ni siquiera en 2020, cuando el COVID obligó a reducir el número de participantes, pero no pudieron frenar el entusiasmo por celebrar este magnífico evento, cuyo lema es “hoy por ti y mañana por mí”.

en la cena Hoy, más de 250 invitados compartirán mesa, entre personas sin recursos, peregrinos y otras tantas personas que por diversas circunstancias se ven obligadas a pasar estas fechas señaladas en soledad. Se trata de una cena de Navidad, en palabras de su organizadora, Chus Iglesias, «por y para todos», a la que acude mucha gente en busca de compañía, y no sólo por necesidad económica. Por eso, en su carpa no sólo se ofrece comida y bebida, sino también “una familia” y mucha calidez humana.

Un menú especial, también en Navidad

El menú no tendrá nada que envidiar a los que muchas familias disfrutarán en casa, como descubrirán los participantes en sus platos marineros y jamón asado, entre otras delicias. Además, habrá champán sin alcohol para brindar por toda la belleza que está por venir.

La cena de hoy se complementará con la ya clásica entrega de bombones y juguetes mañana por la mañana, el día de Navidad, y una enorme paella a la hora de comer, acompañada de otros platos caseros.

La importancia de los voluntarios y las donaciones

Para llevar a cabo esta iniciativa solidaria es imprescindible la labor de voluntarios, una veintena cada año. Entre ellos se organizan para ir a comprar comida, cocinar, poner la mesa, colocar las sillas… y lo hacen cada año con la misma ilusión y las mismas ganas. Todos coinciden en la emoción y satisfacción de participar en esta cena de Nochebuena, y en el bienestar que sienten al aportar su granito de arena.

Se necesitan voluntarios… pero también donaciones, ya que la cena de Paluso es completamente gratuita para sus invitados.

Aunque en un principio Chus y su marido Serafín cubrieron todos los gastos de la iniciativa, en 2009 empezaron a pedir donaciones para cubrirla, a medida que cada vez más personas se apuntaban. Este año, además de los colaboradores habituales, varias iniciativas fueron decisivas.

Por un lado, un concierto benéfico en la Sala Riquela, gracias al que consiguieron recaudar mil euros. Por otro lado, la gran implicación de la sandwichería Chichalover, ubicada en el casco antiguo de la capital gallega, que lanzó una gran campaña en las redes sociales bajo el hashtag #unpratoporpaluso.

Y, en tercer lugar, el bonito gesto de la gasolinera Galuresa, que cedió su espacio publicitario, un enorme cartel de unos 24 metros cuadrados, para promocionar una Crowdfunding solidario a beneficio de Paluso.

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