Yo ya soy multimillonario y puedo dejarlo todo si quiero
pedro escudero Esta es una anomalía estadística. En los 90 compartió cancha y generación con tenistas como Carlos Moya, Soñar con levantar trofeos en tierra batida.
Hoy, mientras muchos de sus contemporáneos viven de ingresos pasados, entrenan o comentan partidos en televisión, él gestiona activos por casi 200 millones de dólares desde Miami a través de su fondo, Domar el capital perpetuo.
Su historia no es la del deportista que invirtió en un ladrillo o abrió un restaurante, sino la del hombre que se obsesionó con la mecánica del dinero. “Ya soy multimillonario y puedo dejarlo todo si quiero”, se defendió en el podcast Mercado de divisas y valores con la tranquilidad de quien tiene su futuro resuelto y que opera en los mercados por pasión intelectual y no por necesidad.
El punto de inflexión en su vida no fue un punto de partido en una cancha de tenis, sino una tragedia deportiva. Una lesión en el codo truncó su carrera. Lo que hubiera sido el fin del mundo para cualquier deportista de 20 años, para Pedro Escudero el comienzo de su verdadera fortuna.
“Lo mejor que me pasó en mi carrera profesional fue que me lesioné el codo”, dijo tajante en el podcast. Una inversión de vida. Esta ruptura física le obligó a mirar más allá de la red.
Mientras sus amigos del circuito empezaban a firmar contratos multimillonarios y disfrutar de la élite, Escudero emigró a EE.UUestudiado en Universidad de Duke y entré en el molinillo mundo financierotrabajando para empresas como Hermanos Lehman cualquiera J.P. Morgan.
La comparación con sus excompañeros fue dura al principio. «Mis amigos iban en BMW y Viajé en bicicleta al trabajo en Wall Street.«, recuerda de estos austeros comienzos.
Sin embargo, esta perspectiva le permitió detectar la trampa del dinero rápido que arruina a tantos deportistas: «De repente caen en sus brazos millones, no tienen hábitos de gasto y, cuando te das cuenta, han acabado en peores condiciones que cuando empezaron». »
La teoría de los errores directos.
Escudero aplica la lógica del camino central a la gestión de activos. Para él, ganar dinero a largo plazo no se trata de un éxito espectacular, sino de fiabilidad. «La clave para tener una muy buena histórico es la minimización de errores directos. yocomo el tenis«, explica.
Cuando un inversor pierde el 50% de su capital, debe ganar el 100% para volver al punto de partida; Evitar este fracaso es más rentable que buscar un éxito brillante.
Su método se basa en una preparación obsesiva, casi monástica. Durante años, hubo una rutina innegociable a la hora de dormir: leer el informe anual de una empresa todas las noches, sin excepción.
“Él me imprimía un informe anual y yo tenía que leerlo antes de acostarme”, dice. Después de digerir más de 10.000 informes de empresas, desarrolló un olfato clínico para detectar valor donde otros sólo ven ruido.
Hoy, su filosofía es contraria a la de la banca tradicional. Rechazar la diversificación excesiva -«una cartera demasiado diversificada no aporta valor al inversor«, frase- y funciona según el principio de piel en el juego (arriesga tu piel).
No administra el dinero ajeno desde una torre de marfil; sus propios activos están dentro del fondo. “Mi principal inversor soy yo mismo”, subraya. Para Pedro Escudero, el dinero ya no es un fin, sino una herramienta de autonomía absoluta: «La libertad financiera te brinda una paz interior increíble«.
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