el presidente de Fenerbahçe, Sadettin Saran, fue puesto en libertad bajo supervisión judicial tras ser detenido e interrogado en Estanbul para el Fiscalía General, que le investiga por consumo de estupefacientes y obtención de drogas en el marco de una gran operación antidrogas que afecta a decenas de figuras públicas turcas.

Saran, empresario turco-estadounidense de 61 años y jefe del conglomerado Saran Holding, Llegó a la presidencia del histórico club de fútbol hace sólo tres meses, en septiembre, tras ganar las elecciones internas al anterior presidente. Ali Koç.

Su ascenso fue anunciado como un renacimiento para el club, pero apenas tres meses después se vio envuelto en la investigación criminal más seria de su carrera empresarial.

La detención se produjo en el marco de una macrooperación lanzada por la Fiscalía de Estambul contra el consumo, la distribución y la facilitación del uso de estupefacientes.

La operación ya ha afectado a presentadores de televisión, periodistas, cantantes, actores y personas influyentes, formando un escándalo nacional que afecta a muchos sectores de la vida pública turca.

Los cargos específicos contra Saran incluyen uso de drogas y «compra» de drogas, un término legal que abarca la obtención y facilitación de narcóticos tanto para su propio uso como para el de otros.

Aunque otros investigados en la misma operación enfrentan cargos más graves de fabricación y tráfico a gran escala, los crímenes de Saran demuestran una participación en el consumo y el suministro a un nivel diferente.

Las pruebas fundamentales contra el presidente del Fenerbahçe proceden de análisis toxicológicos realizados a muestras de cabello tomadas durante su detención en establecimientos judiciales. Según la fiscalía, estas pruebas resultaron positivas para sustancias estupefacientes, detectándose rastros que sugerían un consumo reciente o habitual.

Ante esta situación, Saran rechazó categóricamente las acusaciones. En un comunicado difundido en las redes sociales, aseguró que «nunca en mi vida he consumido esta sustancia» y que «ni siquiera la ha visto de cerca», en referencia a los resultados forenses.

El empresario anunció su intención de solicitar nuevas pruebas a instituciones independientes y expresó confianza en que el proceso legal esclarecerá su inocencia de manera justa y transparente.

Tras los interrogatorios, la fiscalía ordenó su libertad bajo medida cautelar de supervisión judicial. La principal restricción es la prohibición de salir del territorio turco mientras dure el procedimiento, limitación que también afecta a otras personas investigadas en la operación.

El Fenerbahçe ha emitido declaraciones de apoyo institucional a su presidente, destacando su confianza en su capacidad para superar el proceso judicial y reafirmando que las operaciones ordinarias del club continúan con normalidad. Pero el escándalo ya está ensombreciendo un mandato que apenas ha comenzado, exponiendo al club a un daño reputacional difícil de cuantificar en los próximos meses.