Te da muchas más alegrías que conducir un camión
Tal vez conducir un autobús todos los días o seguir el mismo camino durante años puede parecer aburrido, a menos que disfrutes lo que haces. Después de más de veinte años al volante, Mario (conductor de autobús) explica por qué este vehículo le aporta mucho más que cualquier otro vehículo de gran tamaño, como un camión.
En definitiva, así como un camionero pasa la mitad de su vida en la carretera y conoce los mejores restaurantes, un conductor de autobús conoce las ciudades de otra manera. También a su gente y a muchas historias cotidianas. «No es lo mismo que conducir un camión. Aquí ves las caras de las personas, sus historias… Y eso cambia tu perspectiva», explica.
¿Por qué Mario prefiere conducir un autobús que un camión?
Para Mario, la diferencia más evidente entre un autobús y un camión va más allá del tipo de vehículo o del estilo de conducción. «Con un camión estás solo, pero con un autobús siempre hay interacción. Eso te mantiene alerta, pero también te da energía”, explica.Al final, esa rutina de la que mucha gente se queja en otros trabajos es la que te permite sentir que tu trabajo tiene un impacto directo.
Además, guardó muchas anécdotas ocurridas en las dos décadas que estuvo al volante de su vehículo. Por ejemplo, desde un niño que hacía un dibujo en pocos minutos hasta un pasajero mayor que hacía todos los días el mismo recorrido y le contaba un chiste antes de bajarse. «No tienes esos pequeños momentos en ningún otro trabajo detrás del volante.«, reconoce.
Por otro lado, destaca que la maniobrabilidad es un punto muy positivo. Mucha gente cree que un autobús es difícil de conducir por su tamaño y porque tiene que circular por calles estrechas, rotondas o curvas complicadas. Sin embargo, con la experiencia, Mario reconoce que el autobús es una extensión del conductor.
«Cuando conoces las rutas y los puntos de parada, puedes anticipar casi cualquier cosa.«, explica. Además, rechaza la idea de que sea un trabajo aburrido o monótono: «Nada más lejos de la realidad. Cada día es diferente y te enseña a afrontar todo tipo de situaciones.
¿Qué desafíos presenta esta profesión?


Por supuesto, conducir un autobús también conlleva algunos desafíos, como cualquier otro trabajo que implique el transporte de pasajeros. Por no hablar del tráfico urbano, los atascos, los pasajeros con necesidades especiales o la necesidad de respetar horarios preestablecidos.
«Hay que tener cuidado con todo: peatones, semáforos, coches que cruzan o no te dejan entrar… Y siempre con una sonrisa para quienes suben al vehículo”, afirma Mario.
En este caso afirma categóricamente que la satisfacción que le proporciona su trabajo supera con creces cualquier inconveniente. Aunque hay pasajeros y pasajeros, reconoce que cada día surgen conversaciones que le permiten aprender algo o simplemente la sensación de aportar algo a su ciudad.
Por supuesto, también tienes que traducir tu trabajo en números. Según los datos publicados por la Dirección General de Tráfico (DGT) para el año 2023, los conductores de autobús recorren una media de 50.446 kilómetros al año. Lógicamente varía en función del tipo de recorrido (urbano, interurbano, larga distancia) de cada conductor, pero lógicamente potencia la responsabilidad diaria.
«No es sólo técnica, es actitud. Tienes que aprender a conducir, pero también saber escuchar, respetar y anticiparse a la ciudad y a las personas que viajan contigo. Te da mucha más alegría que conducir un camión. Ves historias, conoces gente, siempre hay algo nuevo que aprender y eso no tiene precio”, afirma Mario.
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