así fue el emotivo triangular por el Centenario del Real Oviedo
Se trataba de fútbol porque al final todo rueda en torno al césped, pero no se trata solo de eso. La del Real Oviedo es una historia de supervivencia, de perseverancia, de caídas tan pronunciadas como sus levantamientos. La del ave Fénix. Y muchos de los protagonistas de esos capítulos extremos se dieron la cita con el Carlos Tartiere de testigo para brindar, balón por medio, por los ya casi 100 años (solo faltan tres meses) de alegrías y tristezas teñidas de azul. Estuvieron héroes de un pasado que no tantos han vivido. Marianín es uno de sus más genuinos representantes. También los que alcanzaron Europa, Gracan de vuelta a Oviedo 30 años después. Capitanes de siempre, como Vicente. Los que dejaron huella en poco tiempo: Abel Xavier y su entrega. Los del barro, «Diego Cervero, loroloroló». Estuvo, también, el que aglutina un poco de todos los «Oviedos»: Santi Cazorla.
[–>[–>[–>En las imágenes de izquierda a derecha, Iván Ania y Dely Valdés. Toché celebra un gol contra Heres. Chepo de la Torre con Tomás, detrás. Cazorla saluda a la grada. Afición, con pancartas apoyando a Susaeta y Verdés.
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Fue una jornada preciosa, con el mimo del Fondo Norte y la Aparo, en colaboración con el Ayuntamiento y el club azul. Con firma de autógrafos por la mañana y con lo importante, el triangular de viejas glorias de tarde. Unos 18.000 espectadores acompañaron en las gradas del Tartiere en una jornada que había empezado hora y media antes con diversas actividades destinadas para los más pequeños.
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Una noche para la leyenda
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Una media hora antes de las 6, hora fijada para el inicio, la mayor parte de aficionados ya habían accedido al campo. Fue entonces cuando los más de cien participantes fueron presentados uno a uno estilo americano, recibiendo el calor de la gente que, poco a poco, fue poblando la grada del Tartiere. Aunque vestidos de calle, sin poder participar en los partidos por estar en activo, tampoco se perdieron la cita Abel Bretones, Viti y Jimmy Suárez. El momento más especial, el que fue coreado por todo el estadio fue el que llevó al actual capitán Santi Cazorla al centro del terreno de juego. Fue el último en anunciarse y, tras el himno del centenario, ya se dio paso a los enfrentamientos.
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Una noche para la leyenda
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Los tres conjuntos participantes se denominaron Teatinos (que vistió de color verde), Buenavista (azul) y Tartiere (amarillo). El primero de los tres partidos, a 35 minutos y con arbitraje de Alonso de la Lama, enfrentó al Buenavista, capitaneado por Vili, ante un Tartiere que confío la punta de su ataque a Dely Valdés. Los primeros aplausos fueron para un animado Hicks, que siempre lo intentó cuando la recibió. Esteban ofreció el primer highlight con una mano salvadora aunque nada pudo hacer ante el chut lejano de Valiente que supuso el 1-0. El empate, una jugada ya vista en su momento: falta en la frontal y Pompei clavándola junto al palo. Gol y celebración icónica. Toché, luciendo olfato, hizo un doblete para el equipo Tartiere puso el 1-3. Linares con un zurdazo en globo que sorprendió a Aulestia y Verdés en un remate acrobático cerraron el 1-5 para el conjunto amarillo.
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Una noche para la leyenda
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El segundo de los choques enfrentó a Buenavista con Teatinos. Para empezar, momento esperado: gol de Diego Cervero, al que poco después le anularon el que hubiera significado el doblete. Otro que no pierde las buenas costumbres. Rafa Ponzo mantuvo a los suyos con vida con un par de magníficas intervenciones, pero no pudo hacer nada ante la definición de Jorge Rodríguez, ya cerca del final.
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Una noche para la leyenda
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La resolución
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[–>Con tres puntos cada uno de los dos contendientes, los conjuntos de Tartiere y Teatinos se jugaron el honor de ser vencedores del triangular en el último duelo de la noche. Pero antes, uno de los detalles diferentes, con un concurso de faltas en el que participaron Cazorla, Pompei, Iván Ania y un Manu Busto que deleitó con su toque de balón.
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Ya con el balón en juego en el tercer partido, Teatinos dio primero con una incorporación y definición de Juanma Marrero. No tardó en igualar Pompei, mostrando otra vez su clase. Linares tuvo el triunfo, pero chocó con el poste y a Teatinos le anularon un gol en el último segundo. Todo se decidió en los penaltis. Emoción para poner el broche a la jornada.
[–>[–>[–>Cervero fue el primero en marcar –rutina para él– desde los once metros. Tampoco fallaron Linares, Toché, Héctor Font y Jorge Rodríguez. Cazorla se topó con la envergadura de Rafa y Manu Busto se dio con el larguero tras su clásica «paradinha». En las botas de Susaeta estaba el triunfo del conjunto amarillo, el Teatinos, y el vasco ajustó junto al palo para poner el colofón.
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Aunque en realidad el broche vino justo después, con los jugadores, los que participaron y los que no, sobre el césped, entonando la grada el «Asturias, patria querida». Los fuegos artificiales por encima del estadio dieron por concluido un acto lleno de sentimiento y que da fe de la idiosincrasia de un club que va a por los 100 años de vida.
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