Pagué una deuda con Hacienda de 2,5 millones porque soy un inútil
A lo largo de su carrera, Joaquín Sabina ha hecho de la franqueza un sello distintivo.
En sus canciones, entrevistas y apariciones públicas, el cantautor de Úbeda Nunca ha evitado temas incómodos y su relación con el dinero y con Hacienda no ha sido la excepción.
Hace años, el artista hablaba con naturalidad de uno de los episodios más delicados de su vida económica: el pago de una deuda millonaria con la Agencia Tributaria que marcó su herencia reciente.
«Pagué una deuda con el Tesoro 2,5 millones porque soy una inútil», declaró Sabina, resumiendo irónicamente un largo y complejo proceso que terminó con un fallo definitivo de la Corte Suprema.
La resolución obligó al músico a pagar esa cantidad al considerar incorrecta la forma en que canalizó los fondos. ingreso viniendo de su derechos de autor durante varios ejercicios fiscales.
Lejos de adoptar un discurso defensivo, Sabina optó por la autocrítica y asumido públicamente tu responsabilidad.
Estas declaraciones no sorprendieron a quienes conocen la carrera del artista. Durante décadas, Sabina ha insistido en que nunca se sintió cómoda con gestión administrativa ni con los números, distancia que, en este caso, tuvo relevantes consecuencias económicas.
El músico explicó que siempre delegaba estos asuntos y que su falta de atención le acabó pasando factura, confesión que contrastaba con la silencio habitual de muchas figuras públicas ante los conflictos fiscales.
El episodio reabrió el debate sobre la bienes raíces del cantautor. Aunque Sabina ha generado ingresos importantes A lo largo de su carrera, gracias a giras, ventas de discos y derechos de autor, él mismo ha relativizado en varias ocasiones el valor del dinero en su vida.
Según distintas estimaciones, su patrimonio empresarial supera los seis millones de euros, una cifra notable pero lejos de la imagen de riqueza desmesura que suele asociarse a las grandes estrellas de la música.
El cantautor ha elegido reinvertir buena parte de sus ingresos en activos ligados a su propio universo creativo, como derechos de autor, proyectos editoriales y colaboraciones culturales. También ha mostrado afinidad por inversiones tradicionalesespecialmente en el sector inmobiliario y el coleccionismo de arte.
«El dinero nunca me ha interesado mucho.«, ha repetido en más de una ocasión, destacando que siempre ha priorizado la libertad creativa, las relaciones personales y el disfrute diario por encima de la acumulación de bienes.
Su estilo de vidadiscreto para alguien de su fama, refuerza ese mensaje.
Recordar hoy estas palabras de Sabina es recordar también a una artista que ha envejecido sin imposturas.
En un contexto donde figuras públicas miden cada frase, el cantautor optó por hablar tajantemente de los errores, pagos y responsabilidades.
Más allá de las cifras, sus palabras ofrecen una imagen inusual en el panorama cultural: el de quien acepta sus fracasos con humor y sin victimismo.
Así, el episodio del Tesoro queda como un capítulo más en la larga historia de Joaquín Sabina, un creador que, incluso cuando habla de dinero, se mantiene fiel a su estilo: Directo, irónico y profundamente humano..
Puedes consultar la fuente de este artículo aquí