Ola de cambios en Telefónica, MasOrange, Vodafone y Digi: el año loco (otro más) de las grandes telecos españolas
El sector españoles de las telecomunicaciones empieza a acostumbrarse a vivir en una agitación permanente. Los varios sonados terremotos corporativos simultáneos en las grandes telecos (con movimientos accionariales de verdadero calado en Telefónica, Vodafone, MasOrange y con el crecimiento explosivo de Digi) han provocado una reconfiguración del sector y han tenido consecuencias sistémicas en su funcionamiento y operativa.
[–>[–>[–>Y como consecuencia de todo ello ahora la industria enfila nuevas réplicas que anticipan más reordenaciones del capital, giros estratégicos de las compañías, salidas a bolsa y quizá también el arranque -anhelado por tantos- de una ola fusiones entre compañías en Europa y en cada uno de sus países. Tiempo al tiempo, y, sobre todo, tiempo (más tiempo) para que la Comisión Europea vire y esté realmente dispuesta a permitirlo tras años impidiendo la concentración del sector y defendiendo a capa y espada el modelo de cuatro operadores relevantes por país.
[–> [–>[–>Una ‘nueva Telefónica’
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Telefónica ha abierto una nueva etapa que pretende ser la de una renovación plena, la de su transformación. Una nueva Telefónica auspiciada por un nuevo núcleo duro (con la vuelta al capital del Estado español a través de SEPI, el holding CriteriaCaixa y Arabia Saudí como socios principales); con un nuevo juego de pesos de poder tras la sacudida accionarial en respuesta a la entrada inesperada de Saudi Telecom; con un nuevo presidente, Marc Murtra, que ha revolucionado la cúpula de la compañía para crear una nueva ‘guardia de corps’; y ahora también con una renovada estrategia de futuro con la que busca crecer y ser más rentable, afianzar una disciplina financiera de hierro (recorte de dividendo mediante) y reducir costes (incluido un ERE que se saldará con unos 5.500 despidos), y con la que busca estar preparada para tener un papel activo en cuanto arranque la ola de fusiones en el sector.
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Murtra ha defendido con fervor durante todo este año -fue nombrado en enero en un movimiento impulsado por Moncloa para descabalgar a José María Álvarez-Pallete- la necesidad de que haya una concentración de empresas de telecomunicaciones primero dentro de cada uno de los países, entre ellos España, y luego a nivel europeo.
[–>[–>[–>Un proceso para el que el ejecutivo promete “ambición” para la nueva Telefónica y anticipa que tendrá un papel activo. El propio presidente que mantiene conversaciones en todos sus grandes mercados (España, Reino Unido, Alemania y Brasil) como paso previo a posibles movimientos corporativos. Las quinielas para el mercado español colocan como candidatos para fusión o compra por Telefónica tanto a Vodafone España como a Digi. En los mentideros del mercado tampoco se descarta como alternativa la unión de Vodafone y Digi. Una y la otra insisten en que sus planes pasan por crecer en solitario.
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MasOrange, de la fusión al socio único y ¿a la bolsa?
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Tras dos largos años de preparativos, Orange y MásMóvil consiguieron cerrar en 2024 su esperada fusión para crear la mayor teleco de España por número de clientes, acabado con el histórico liderazgo de Telefónica. Una unión a partes iguales que ahora va a cambiar por completo. El grupo francés Orange ha cerrado un acuerdo con el resto de accionistas de MasOrange la compra del 50% que no controla en la compañía española por 4.250 millones de euros en efectivo y tomar el control total de la operadora.
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[–>El acuerdo de Orange con Lorca (el vehículo inversor de los fondos KKR, Cinven y Providence) ya es vinculante y las partes confían en cerrar la operación en la primera mitad de 2026. MasOrange inicia así una nueva etapa. La compañía francesa, que tiene al Estado galo como mayor accionista con un 23%, ejercerá así el derecho de recompra que había pactado en el acuerdo de fusión con los socios de MásMóvil y que le permitía tomar una posición de control transcurridos dos años desde la integración (esto es, a partir de marzo de 2026). Hasta ahora los accionistas de Orange y los de MásMóvil tenían un reparto a partes iguales del accionariado de MasOrange. El grupo galo podía optar por comprar simplemente un 1% y romper el equilibrio, pero ha preferido lanzarse a tomar el control total del grupo.
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El cierre de la fusión entre MásMóvil y Orange en España, una operación valorada en unos 18.600 millones de euros, se produjo a finales de marzo de 2024 y el acuerdo incluía una serie de condiciones en torno a la posibilidad de que Orange tomase el control de la nueva empresa entre los 24 y los 42 meses posteriores a la conclusión de la transacción. Otra de las cláusulas apuntaba que la salida a bolsa de la compañía estaría bloqueada durante los dos años posteriores al cierre de la operación, es decir, hasta abril de 2026. La consejera delegada de Orange, Chrystel Heydemann, ha subrayado en los últimos meses que hay en marcha un «proceso muy claro» encaminado a la salida a bolsa de MasOrange. El probable siguiente paso.
[–>[–>[–>Vodafone, de las alianzas a la reorganización
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Las grandes telecos española se lanzaron a sellar nuevas alianzas para ahorrar costes y maximizar inversiones en el despliegue de red en España, el país con mayor extensión de fibra óptica de Europa. Vodafone España, ahora controlada por el grupo británico Zegona, es la que se ha mostrado más activa en este tipo de alianzas (con filiales conjuntas tanto con MasOrange como con Telefónica) y el que más partido les ha sacado (obteniendo ingresos milmillonarios con la venta parcial de las sociedades, que finalmente ha utilizado para poner orden en su posición financiera).
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La dueña de Vodafone España ha ejecutado movimientos financieros millonarios tras hacer caja con la venta parcial de las filiales de fibra compartidas con sus rivales. El grupo británico Zegona ha decidido destinar 1.600 millones a retribuir a sus accionistas (con un ‘superdividendo’ de 1.400 millones y con recompra de acciones propias por otros 200 millones) y usar otros 200 millones más para reducir deuda.
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Zegona hace así una asignación total de los 1.800 millones que ha obtenido con la venta de parte de las participaciones con las sociedades de fibra óptica en España compartida con MasOrange (obtuvo 1.400 millones) y con Telefónica (otros 400 millones más). Los accionistas de Zegona destinarán gran parte del ‘megadividendo’ a la devolución íntegra del préstamo que recibieron del Grupo Vodafone para financiar la compra de su filial en España el año pasado, en una operación valorada en 5.000 millones de euros. El Grupo Vodafone recibirá ahora 975 millones (900 millones del propio préstamo y 75 millones de intereses).
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El acuerdo de compra de Vodafone España entre la matriz británica y Zegona contemplaba el pago de 4.100 millones de euros en efectivos y 900 millones de euros en acciones preferentes reembolsables por el precio de suscripción y el dividendo preferencial acumulado, a más tardar seis años después del cierre de la operación, que se selló a finales de mayo de 2024.
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Digi mira a la bolsa española
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Digi ha conseguido convertirse en la reina del ‘low cost’ en el mercado español y erigirse por méritos propios en el cuarto gran operador sólo por detrás de los gigantes. Digi Mobil desembarcó en el mercado español en 2008, en plena crisis financiera. Y diecisiete años después de su estreno la teleco de origen rumano ha conseguido reventar el sector nacional de las telecomunicaciones a base de precios agresivos, tarifas sencillas, y una oferta cada vez más completa de servicios con la que ha conquistado al cliente nacional. Digi es la teleco que más crece, la que más clientes quita a sus rivales, y cuenta actualmente con una cartera de algo más de 10,2 millones clientes.
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Con estos mimbres y con aspiraciones de seguir creciendo, Digi pretende dar un paso de gigante y confirma sus planes de salir a bolsa en España. El grupo estudia la venta tanto de acciones ya existentes como de nuevas acciones a través de una ampliación de capital. La compañía tiene claro, no obstante, que se trataría únicamente la colocación de un paquete accionarial minoritario y que el control de la compañía seguirá en manos de su matriz. Digi descarta así la venta total de su filial española pese a las quinielas que la colocan como centro de posibles operaciones corporativas en el mercado. “El grupo no contempla actualmente ninguna operación que implique una pérdida de control sobre ninguna de sus principales filiales, incluida Digi Spain”, advierten desde la matriz.
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