El "enemigo americano"
Donald Trump está siendo aclamado como persona del año. Sus virtudes como líder político tienen menos que ver con esto que con la notoriedad de su impacto y con el hecho de que encarna como nadie el síntoma de una época. Perturbador, peligroso e impredecible, ha alterado el tablero de las estrategias globales y ha puesto en tela de juicio los fundamentos mismos del sistema de alianzas que Occidente daba por sentado desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
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