“Este es un plan que nunca falla”
Desde el mediodía, cuadrillas de amigos, familias completas y grupos que solo se ven una vez al año llenaron bares y terrazas para compartir el tradicional vermú de Nochevieja, un ritual que, más allá de la bebida, sirve como excusa para reencontrarse y hacer balance antes de las uvas.
[–>[–>[–>El ambiente fue festivo, relajado y sin grandes planes cerrados. “Tomar el vermú, correr la San Silvestre y luego nada, salir un poco por el Ayuntamiento y lo que surja”, resumían Cristina Martínez, Pablo Martín, Sergio Is y María Rodríguez, un grupo de amigos que reconocía no tener propósitos concretos para el año que entra. “De momento no”, coincidían, aunque sí hacían balance positivo,“fue un buen año, no nos podemos quejar”.
[–> [–>[–>En la terraza de al lado, Alejandro Garea, Darío Yeguez, Marcos Coto, Miguel Ruiz, Cristina Martín y Miguel Alonso lo tenían claro desde el primer momento, “el plan es sobrevivir”. Entre risas, resumían la jornada sin rodeos, “hoy el plan es beber”. Un plan que, según explicaban, repiten desde hace más de una década. “Desde hace diez o doce años venimos haciendo el vermú en Nochebuena y en Nochevieja, nunca falla”. Y, para el futuro, pocas exigencias, “llegar al próximo vermú de Nochevieja”.
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Una tradición que reúne a quienes viven fuera
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Entre la multitud también había grupos numerosos que aprovechan el último día del año para reencontrarse. Olaya Suárez, María José Cerqueiro, Paula Fanjul, Lorena Mantía, Paula Meira e Iciar Fernández explicaban que llegaron directas “a las doce y media para estar toda la tarde”. Para ellas, “es vermú alargado”.
[–>[–>[–>La San Silvestre, en su caso, queda descartada. “Nosotros lo cambiamos por beber”, decían sin dudar. El plan es fijo cada año y tiene un motivo claro, “somos un grupo grande y muchas vivimos fuera. Hoy es el día en el que nos juntamos todas rigurosamente”. El vermú sirve para verse, “hacer recap del año” y después continuar la celebración por la noche. En sus deseos para el nuevo año se colaron reivindicaciones muy concretas, “salud, trabajo y que baje el precio del alquiler”, resumían, entre risas y brindis.
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Familias y deseos sencillos
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No todo fueron grupos de amigos. También hubo espacio para los planes familiares. Para Lucía Carrasco, Pepe Carrasco, José Quirantes, Lorena Sánchez, Álvaro Carrasco y Estela Quirantes, el vermú de Nochevieja también es “una excusa para reunirnos”. Tras años viviendo fuera, celebraban volver a empezar el año en Gijón. “Volver a la tierrina era el sueño que teníamos”, explicaban, satisfechos. El balance del año fue positivo y el deseo compartido, “juntar a los nietos siempre que se pueda”.
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[–>Sin grandes alardes ni planes cerrados, el vermú de Nochevieja volvió a cumplir su función: reunir, despedir el año con calma y abrir paso a una noche larga.
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