A este pterosaurio le mordió un cococrilo hace 76 millones de años
Un descubrimiento en Canadá muestra cómo un pterosaurio juvenil fue atacado por un cocodrilo durante el Cretácico
Durante el período Cretácico, hace entre 145 y 66 millones de años, los pterosaurios dominaron los cielos como los primeros vertebrados en volar activamente. Estos reptiles voladores incluían especies gigantes, como los Azhdarchids, conocidos por su enorme tamaño y largos cuellos. Aunque sus huesos eran frágiles y rara vez estaban fosilizados, los fósiles que muestran evidencia de interacciones con depredadores, como mordeduras, son aún más raros, lo que los convierte en tesoros paleontológicos que ofrecen pistas clave sobre las cadenas alimentarias de esa época.
¿Qué depredadores desafiaron a estos dinosaurios voladores? Uno muy conocido. Los cocodrilos son una de las especies más antiguas y con mayor éxito evolutivo porque han logrado adaptarse a diferentes ambientes y cambios climáticos durante más de 200 millones de años. Su anatomía robusta y eficiente, combinada con una dieta oportunista que les permite alimentarse tanto de presas vivas como de carroña, los convierte en depredadores versátiles y terribles.
El descubrimiento de un fósil de pterosaurio con marcas de mordeduras de cocodrilo tuvo lugar en el Dinosaur Provincial Park de Alberta, Canadá, un lugar famoso por sus ricos yacimientos de fósiles. Un equipo internacional de investigadores encontró la vértebra de un pterosaurio joven, de la especie Cryodrakon boreasel cual mostró una perforación de 4 milímetros de diámetro. Este agujero, confirmado mediante micro tomografías computarizadas y análisis comparativos, corresponde a la marca de un diente de cocodrilo, según el estudio publicado en el Revista de Paleontología.
El Dr. Caleb Brown, del Museo Royal Tyrrell de Paleontología y autor principal del artículo, destacó el extraordinario hallazgo: “Los huesos de pterosaurio son muy delicados, por lo que encontrar fósiles con evidencia clara de una mordedura es extremadamente raro. El hecho de que también sea un ejemplar juvenil lo hace aún más especial”.
Este juvenil pertenecía a los Azhdarchids, un grupo de pterosaurios que incluía algunas de las criaturas más grandes que jamás hayan volado. Aunque los jóvenes Cryodrakon boreas Tenía una envergadura de sólo dos metros, los adultos de esta especie podían alcanzar los 10 metros de punta a punta de las alas y eran tan altos como una jirafa.
La mordedura no sólo demuestra que los cocodrilos ocasionalmente cazaban o buscaban carroñeros pterosaurios juveniles, sino que también representa la primera evidencia directa en América del Norte de esta interacción entre especies. Casos similares se han documentado en Europa, concretamente en Rumanía, pero este descubrimiento amplía el conocimiento sobre cómo estos grandes reptiles interactuaban con su entorno en el hemisferio occidental.
El Dr. Brian Pickles, coautor del artículo y líder del curso de campo internacional donde se realizó el descubrimiento, destacó la importancia de este tipo de evidencia: “Las marcas de mordeduras nos ayudan a documentar las interacciones entre especies de ese período. «Aunque no podemos decir si el pterosaurio estaba vivo o muerto cuando fue mordido, este fósil demuestra que los cocodrilos ocasionalmente incluían pterosaurios juveniles en su dieta».
El Parque Provincial de Dinosaurios sigue siendo un lugar clave para comprender la vida durante el período Cretácico y alberga restos de algunos de los dinosaurios y reptiles más emblemáticos. Este hallazgo, realizado en julio de 2023, refuerza la importancia del sitio no sólo para el estudio de los dinosaurios, sino también para revelar interacciones más amplias en ecosistemas antiguos.
El fósil de Cryodrakon boreascon su cuello mordido, nos recuerda que ni siquiera los gigantes voladores del pasado estaban exentos de ser presas en un mundo tan ferozmente competitivo como fascinante.
REFERENCIA
Una vértebra de pterosaurio juvenil con supuesta mordedura de cocodrilo del Campaniano de Alberta, Canadá
Imagen: DALL-E
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