Al volante del DS Nº8: la apuesta más seria de la marca en años
No es fácil navegar en el segmento de los coches premium, aunque la recompensa es dulce: con el 25% del mercado automovilístico europeo, aporta el 38% de los beneficios del sector. La francesa DS es una de esas marcas decididas a pelear con Audi, BMW y Mercedes.
Su último lanzamiento, el número 8, no es un mal intento. De lo contrario. Incluso cuando llegue 100% eléctrico, la marca confía en la presencia de su variante tope de gama, que promete 750 km de autonomía, cifra que pocos coches superan.
La primera ventaja reside en su desafiante diseño. En términos de proporciones, casi recuerda al Audi Q6 e-tron Sportback. Grande – mide 4,82 metros – bastante alto – estamos sentados como en el DS 7 – y con una parte trasera tipo coupé impresiona naturalmente. El frontal puede estar retroiluminado y, como opción, se ofrece una pintura negra bicolor que se extiende por todo el capó. Dos detalles que gustarán más o menos, pero son diferenciales. Y también se ha prestado especial atención a la aerodinámica, con un coeficiente Cx de sólo 0,24 que aporta 60 km a la autonomía total.
El interior es típico de una casa francesa a la que le gusta correr riesgos. Hay plásticos que le quitan méritos o piezas con un diseño impactante, como las tapas de los altavoces del sistema Hi-Fi de 680 vatios en las puertas.
Pero se respira un ambiente premium, enmarcado por las grandes pantallas digitales (la central de 16 pulgadas) y los asientos excelentemente diseñados y dotados de diversas regulaciones. Además, se pueden pedir en piel natural. Detrás, los ocupantes no disponen de exceso de espacio, aunque esto se compensa con el gran techo panorámico de cristal (sin cortina) opcional y el maletero muy profundo y espacioso, con 610 litros de volumen.
Hay tres versiones del coche: tracción delantera con 260 CV y una batería de 74 kWh que cubre hasta 550 km entre cargas; tracción delantera con 280 CV, pero batería de 97,2 kWh (750 km) y tracción total con hasta 375 CV y una autonomía de 688 km. En esta parte es necesario activar la bomba de calor para mejorar la eficiencia, los cuatro niveles de recuperación de energía y el preacondicionamiento de la batería para acelerar las recargas.
En un poste rápido y en condiciones ideales podrás recuperar 200 km en 10 minutos gracias a una potencia de 160 kW. Es bajo para el estilo, pero el coche es capaz de mantener niveles no demasiado lejanos durante bastante tiempo.
Su frugalidad es mejor cuando pesa 2,2 toneladas. Con la variante de mayor autonomía, recorrer unos 500 kilómetros en autopista al ritmo de un coche de combustión no es una quimera. De hecho, la dinámica es una de sus mayores y más llamativas virtudes. Porque para un DS de este tamaño el confort es un requisito previo, apoyado en elementos como las suspensiones activas que leen la carretera y se anticipan a los baches; o en el excelente aislamiento del interior. El coche es tan silencioso que puedes sentir el masaje en los asientos.
El equipamiento está muy cuidado, especialmente con el acabado Etoile. Por ejemplo, está el piloto semiautomático que nos mantiene en el carril y nos adelanta por sí solo; un buen conjunto de servicios conectados, incluido el planificador de rutas eléctricas; y el universo de experiencias exclusivas que la marca ofrece a sus clientes.
Los precios no son un regalo. Pero con un rango de precios de entre 57.000 y 74.200 euros, están muy por debajo de rivales de tamaño y características similares.
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