Alto el fuego por entregas en Ucrania

Las recientes negociaciones entre Ucrania y Rusia, facilitadas por los Estados Unidos en Riad, han marcado un hito significativo en el contexto del conflicto en Ucrania. Este proceso, que se desarrolla en un entorno geopolítico extraordinariamente complejo, juega el futuro incierto de la paz, la seguridad y la estabilidad en Europa en un contexto de distanciamiento entre Estados Unidos y Europa. La importancia de estas negociaciones va mucho más allá del cese de las hostilidades en fases y regiones, compromete el futuro de la paz en Europa y en el mundo, mucho más allá de la dinámica bilateral entre las partes en los conflictos. La elección del presidente Trump y la presión de los Estados Unidos sobre Ucrania, ha provocado un regreso a las posiciones máximas de Moscú.
Contexto geopolítico
Desde el comienzo del conflicto en 2014, las relaciones entre Ucrania y Rusia han estado marcadas por tensiones profundas y una confrontación militar que ha dejado a miles de muertos y un impacto devastador en la región. El Banco Mundial estima que hubo una contracción cercana al 40% del PIB de Ucrania y la única cifra oficial del costo de la destrucción de edificios e fechas de infraestructura desde 2023, luego se calculó alrededor de 400,000 millones de euros, hoy podemos estar muy por encima de los mil millones de euros.
La anexión de Crimea por parte de Rusia y el apoyo a los presuntos separatistas rusos de la Ucrania (en realidad, las tropas rusas que se presentaron como milicianos a favor de los marrones conocidos como pequeños hombres verdes) en el este de Ucrania han llevado a una escalada que causó la primera guerra entre los países soberanos en el territorio europeo desde el final de la Segunda Guerra Mundial. A pesar de la abrumadora respuesta de la comunidad internacional a la guerra de la agresión rusa, incluida las fuertes sanciones económicas y el apoyo militar y humanitario sin precedentes a Ucrania, la guerra se estiró en un círculo vicioso de destrucción interminable y progreso delgado de una parte y otra. La receta perfecta para la destrucción total del país atacado.
En este contexto, la mediación de los Estados Unidos y la imposición de ambos partidos en Riad se presenta como un intento de reactivar el diálogo y buscar una solución pacífica a un conflicto encantado y enquista y que ha exacerbado los odios ancestrales a los límites no sospechosos.
La elección de Arabia Saudita no es accidental dada la estrecha relación entre los Estados Unidos y el Reino de Arabia Saudita y la amistad personal entre el heredero Príncipe Mohamed bin Salman (el hombre fuerte, dinámico y ambicioso del reino que lo está revolucionando como nadie creía posible) y el presidente Trump. Los sauditas también han sabido cómo mantener excelentes relaciones con Rusia sin agrupar sus relaciones con los Estados Unidos.
La dinámica de las negociaciones
Estados Unidos, como mediador, ha desempeñado un papel fundamental en la configuración de la agenda y en la facilitación del diálogo imponente a ambas partes que sienten y hacen concesiones, veremos si al final de ellas se puede decir que la presión fue equilibrada para ambas partes. La administración estadounidense ha enfatizado la importancia de la soberanía y la integridad territorial de Ucrania, mientras busca establecer un marco que permita a ambas partes encontrar algunos puntos de reunión, como imposibles de parecer para parecer.
Queda por ver que el alto fuego en las fases es efectivo. Hasta ahora no ha sido a pesar de la aceptación de ambas partes del incendio de 30 días contra hospitales e infraestructuras críticas, incluida la producción de energía. Rusia no respetó la tregua y perpetró intenso contra los objetivos civiles. Por su parte, los ucranianos atacaron las bases aéreas rusas, no, que se conoce, objetivos civiles.
Ahora las conversaciones se centran en un cese de las hostilidades en el Mar Negro, donde Ucrania apenas tiene fuerzas navales dignas de tal nombre al llevar a cabo sus ataques a través de drones aéreos y navales y operaciones aéreas. Rusia se basa en una de sus flotas de combate en Crimea justo, por lo que ruso está presionando para que los ucranianos lo acepten para preservar lo que les queda de la flota del Mar Negro.
Ucrania está dispuesta a discutir la reducción de hostilidades siempre que Estados Unidos ofrece garantías de seguridad (se discute precisamente si el acuerdo sobre la explotación de tierras raras es suficiente escudo para Ucrania) y que Rusia se compromete a respetarlos. Por su parte, Rusia exige que se discutan los problemas de seguridad que afectan su esfera de influencia, es decir, la creación del área desmilitarizada en las regiones fronterizas con el territorio ya anexado por ellos.
Desafíos y oportunidades
Los desafíos y los obstáculos siguen siendo titánicos. La desconfianza mutua y el odio aficionado son un obstáculo muy difícil de superar. Sin embargo, la mediación de los Estados Unidos en RIAD también presenta oportunidades. La participación activa de un actor con recursos e influencia de poder puede facilitar la creación de un entorno propicio para el diálogo.
De hecho, los desafíos son de proporciones cósmicas, por lo que la presión de los Estados Unidos debe ser de hierro con ambas partes, no solo con las más débiles. Si se logra la densa cortina de odio y desconfianza, la puerta podría abrirse a un futuro más estable en la región siempre que la soberanía, la integridad territorial, de lo que queda de Ucrania y que la línea de control que separa a ambos contendientes es respetada por Rusia. Por lo tanto, la neutralización forzada y la desmilitarización de Ucrania serían completamente inaceptables para Ucrania y Europa.
Cada detalle, cada demanda debe medirse con extrema precaución porque el cierre falso del conflicto sería el fusible de un Polvorín que hizo que la paz y la estabilidad saltaran en Europa y, por extensión en el mundo, causar el estallido de una nueva guerra mundial que hemos podido evitar en los últimos ochenta años.
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