ARANCELES EEUU | Trump anuncia excepciones de aranceles a más de cien productos
Donald Trump y sus aliados siempre han defendido que los aranceles que el republicano ha hecho centrales en su estrategia económica no contribuyen a subir los precios. Ahora, cuando el coste de la vida se ha convertido en elemento central de la conversación política en Estados Unidos, y de resultados en las urnas que castigan al partido del presidente, por primera vez el mandatario está dando marcha atrás.
[–>[–>[–>Trump este viernes ha firmado una orden ejecutiva en la que establece amplias excepciones arancelarias para más de cien productos, incluyendo frutas, nueces y especias. Esa orden modifica los aranceles que denominó «recíprocos» y que ha impuesto a prácticamente todos los socios comerciales.
[–> [–>[–>Este era un paso que se anticipaba desde hace días. El miércoles el secretario del Tesoro, Scott Bessent, había dicho en Fox News que la Administración haría anuncios sustanciales sobre exenciones arancelarias a «cosas que no plantamos en EEUU», mencionando expresamente café, plátanos y otras frutas. Y el jueves fuentes de la Administración confirmaron que esas excepciones ya se habían incluido en acuerdos comerciales cerrados con Argentina, El Salvador, Ecuador y Guatemala.
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La victoria de Mamdani y el año de la decepción
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Los movimientos de Trump representan un claro paso atrás en su agenda y es un cambio que responde a un momento complicado para el presidente del que Trump demuestra, al menos, ser consciente, aunque sea a regañadientes.
[–>[–>[–>En las elecciones de la semana pasada en EEUU las propuestas para combatir la crisis del coste de la vida fueron un elemento unificador en los buenos resultados de los demócratas, ya fueran socialistas del ala izquierda como Zohran Mamdani, que será alcalde de Nueva York, o centristas como las gobernadoras electas de Virginia y Nueva Jersey.
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Esos comicios llegaban justo un año después de la victoria de Trump y en los 12 meses que han pasado desde entonces muchos de sus votantes se han quedado descontentos con su manejo de la economía y ante promesas incumplidas de que la vida se haría mucho más asequible que durante la etapa inflacionaria de Joe Biden. Según un sondeo reciente de NBC, por ejemplo, solo el 30% creen que ha cumplido.
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[–>Economía de bolsillo
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Trump ha reaccionado en estas dos semanas como acostumbra: culpando a otros de los malos resultados electorales, por ejemplo, o diciendo que estos son responsabilidad de los republicanos por no haber hablado lo suficiente o explicado bien sus supuestos logros económicos. Ha llegado a decir que no quiere oír hablar de “affordability”, el concepto en inglés sobre lo que es asequible que ha sido central en los comicios.
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Trump también directamente niega las evidencias sobre la angustia económica de sus compatriotas, ha presentado datos falseados o anecdóticos sobre rebajas en el coste de la vida y ha seguido centrándose en datos macroeconómicos como los récords en las bolsas.
[–>[–>[–>El presidente, no obstante, también ha empezado a dar un giro evidente y está enfocando una parte de su mensaje, y algunas de sus acciones, en cuestiones de economía de bolsillo. Ahí se enmarca, por ejemplo, el anuncio de rebajas de aranceles pero también otras ideas que ha puesto sobre la mesa en las últimas semanas.
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Ha barajado, por ejemplo, la idea de enviar a los estadounidenses cheques de 2.000 dólares, supuestamente para repartir entre todos beneficios obtenidos de sus gravámenes. También ha planteado la idea de hipotecas a 50 años, para reducir los pagos mensuales (aunque muchos expertos creen que es una fórmula sin futuro).
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Trump hasta ha aflojado algo el puño de hierro contra todos los inmigrantes abriendo la puerta a acoger a personas con alta formación para determinados trabajos. Esa declaración que hizo en Fox News (que incluyó decir que en el extranjero había talento y experiencia para determinados puestos que no había en EEUU), le ha granjeado críticas de seguidores y aliados que mantienen la línea más dura contra cualquier tipo de inmigración y que creen que está traicionando su promesa de “EEUU primero”.
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“Queda trabajo por hacer”
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Tanto Trump como su Casa Blanca y su portavoz llevan días repitiendo en hojas de datos, declaraciones y mensajes en redes sociales la idea de la supuesta bonanza que viven todos los estadounidenses y las economías domésticas con el republicano, pero también asumen, como decía este jueves el director del Consejo Nacional Económico, Kevin Hassett, que “queda trabajo por hacer”.
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Parte de ese trabajo será convencer a republicanos e independientes descontentos. Otra parte, reparar las brechas que se están abriendo dentro de sus propias filas y que ejemplifican, por ejemplo, sus crecientes choques con Marjorie Taylor Greene. Detrás de estos, según ha explicado la progresista Alexandria Ocasio-Cortez, podría haber una “vendetta” de la congresista de Georgia porque Trump no ha querido que ella se presente al Senado, pero al final el enfrentamiento hace que cale una imagen de división y pone bajo los focos el tema del descontento.
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Taylor Greene está convirtiéndose en vehículo, altavoz y propagadora de críticas a Trump por olvidar a sus bases y sus promesas, incluyendo, por ejemplo, diciendo que está demasiado centrado en política exterior o criticando la ayuda que se ha dado a Argentina.
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En una entrevista con ‘Politico’ esta semana la congresista ultra recomendaba al presidente pasar página rápido del escándalo por el caso Epstein permitiendo que se hagan públicos todos los archivos y así poder centrarse en la crisis del coste de la vida. “La auténtica emergencia para los estadounidenses es la sanidad (el coste) y lo que se pueden permitir, y es ahí donde debería estar el foco”, declaró.
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