Arrecian las voces críticas en Israel que exigen «sanciones drásticas» por el «genocidio» de Netanyahu en Gaza
En Israel, se intuye un incipiente cambio. La elevada presión internacional, sostenida por los retratos de niños gazatíes famélicos, parece haber conseguido atravesar las fortificadas fronteras israelíes. Cada vez más voces en el interior del país se atreven a criticar las acciones de su Gobierno y Ejército en la franja de Gaza. Esta semana, por primera vez en casi 22 meses de brutal guerra que ha matado a más de 60.000 palestinos, dos organizaciones israelíes de derechos humanos han declarado que “Israel está cometiendo genocidio contra los palestinos en la franja de Gaza”. A su vez, una treintena de miembros destacados de la sociedad israelí han exigido “sanciones drásticas” contra su país.
Ahora, el silencio es ensordecedor. Lo atraviesan un puñado de susurros, pero con mensajes contundentes. “Un examen de la política de Israel en la franja de Gaza y sus horribles resultados, junto con las declaraciones de altos políticos y comandantes militares israelíes sobre los objetivos del ataque, lleva a la conclusión inequívoca de que Israel está tomando medidas coordinadas para destruir intencionalmente la sociedad palestina en la franja de Gaza”, afirma el informe ‘Nuestro genocidio’ de la histórica organización israelí B’Tselem, que lleva décadas monitoreando los abusos a los derechos humanos en los territorios palestinos.
Su análisis va hasta el origen, hasta la creación del Estado de Israel en 1948. “Desde el inicio del Estado, Israel es un Estado supremacista judío, basado en la separación y la expulsión de los palestinos”, denuncia Shai Parnes, director del Departamento de Asuntos Públicos de B’Tselem, a este diario. “Es un apartheid que lleva décadas dando a su gente y a sus soldados impunidad total para herir a los palestinos; así es como está construido políticamente Israel”, añade. Tras utilizar por primera vez la palabra “apartheid” en el 2021 para describir la realidad de dos niveles de israelíes y palestinos en la Palestina histórica, ahora toman la iniciativa en su sociedad para denunciar el genocidio que Israel está cometiendo en Gaza.
«Gobierno autoritario y violento»
“Nos hemos tomado nuestro tiempo, porque, como organización de derechos humanos que somos, estamos obligados a hacer una investigación completa y consultar con expertos de genocidio y derechos humanos los hechos”, constata Parnes. Sin embargo, el panorama nacional israelí, con una amplia mayoría viviendo ajena al sufrimiento palestino, no facilita estos debates. “Somos locales, vivimos bajo el mismo régimen que está cometiendo las atrocidades que denunciamos, así que tenemos que proteger a nuestro personal, tanto judío como palestino, porque vemos como el Gobierno israelí se está volviendo más autoritario y violento contra su propia ciudadanía”, añade.
Asumiendo el riesgo que supone acusar a sus líderes de estar cometiendo un genocidio, lo hacen, aunque no llegue a muchos. “Más allá de la prensa internacional, apenas ningún medio israelí ha cubierto nuestro informe, y eso lleva pasando meses, ya que los principales medios de comunicación aquí en Israel ni siquiera informan sobre las atrocidades cometidas por Israel en Gaza, no cubren el genocidio en sí”, denuncia Parnes. “Esa es una característica de las sociedades genocidas”, añade. Las acusaciones de B’Tselem se suman a las del informe de Médicos por los Derechos Humanos, que sostiene el argumento del genocidio por el desmantelamiento paso a paso de los sistemas de salud y de soporte vital de Gaza, incluidos la electricidad, el agua potable y el acceso a los alimentos.
Tres actos de genocidio
Según esta organización médica israelí, Israel ha cometido tres de los actos de genocidio definidos por el derecho internacional, incluido “sofocar deliberadamente al grupo condiciones de vida que hayan de acarrear su destrucción física total o parcial”. “Cometer un genocidio no solo implica las masacres masivas que estamos viendo, sino el objetivo de destruir a un grupo o una parte de un grupo de una raza o etnicidad concreta”, constata Parnes. “Esto es exactamente lo que estamos viendo: Israel no está atacando a nadie en específico en Gaza, está atacando a cada una de las personas de Gaza, solo porque son parte del pueblo palestino en Gaza”, apunta.
Otro sondeo publicado en mayo por el Instituto de Estudios de Seguridad Nacional de la Universidad de Tel Aviv halló que el 64,5% del público israelí no estaba en absoluta, o no muy, preocupado por la situación humanitaria en Gaza
Pese a no haber causado gran revuelo en su país, estas acusaciones de genocidio de organizaciones israelíes suponen una importante rareza. De alguna forma, son la ruptura de un tabú en la sociedad israelí. Solo el 16% de los israelíes judíos cree que es posible la coexistencia pacífica con los palestinos, según una encuesta realizada en junio por el Pew Research Center. Por otro lado, el 64% cree que Israel debería ocupar temporalmente Gaza, de acuerdo a otra encuesta del Centro de Jerusalén para la Seguridad y Asuntos Exteriores (JCFA). Otro sondeo publicado en mayo por el Instituto de Estudios de Seguridad Nacional de la Universidad de Tel Aviv halló que el 64,5% del público israelí no estaba en absoluta, o no muy, preocupado por la situación humanitaria en Gaza.
150 muertos de hambre
Unas tres cuartas partes de los judíos israelíes pensaban que la planificación militar de Israel no debería tener en cuenta el sufrimiento de la población civil palestina en Gaza, o debería hacerlo solo mínimamente, de acuerdo a otra encuesta reciente del Instituto para la Democracia de Israel. Este pensamiento sigue la línea de acción del Gobierno israelí que ha llevado a la franja de Gaza a una situación de hambruna sin precedentes. Más allá de los 60.000 muertos palestinos por la violencia directa de los soldados israelíes, 150 palestinos, la mayoría niños, han perecido de inanición y la mitad ha ocurrido en este mes de julio. “Lo que estamos viendo —los daños, la hambruna— no es un error”, reconoce Parnes.
“Nada de esto se detendrá hasta que Israel sea forzado a detenerse por la comunidad internacional”, añade el representante de B’Tselem. Aunque el cambio no vendrá de dentro de la sociedad israelí, esta cuenta con herramientas suficientes para hacer tambalear a sus líderes. “Nuestro país está matando de hambre a la población de Gaza y contemplando la expulsión de millones de palestinos de la Franja”, han denunciado una treintena de personalidades israelíes, entre las cuales hay un expresidente del Parlamento israelí y un exfiscal general, en una carta conjunta escrita “con profunda vergüenza, rabia y agonía”. Alrededor de 140.000 israelíes de diversos campos profesionales han firmado misivas similares.
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