Se entiende por evento disruptivo aquel que implica un cambio radical, un cambio que rompe con lo establecido, obligándonos a cuestionarnos todo lo que dábamos por sentado. Digamos que dabas por sentado que tu padre siempre estaría ahí para resolver tus problemas o escucharte. Pero un día lo llama por teléfono a la hora habitual y nadie contesta al otro lado de la línea. De repente, “el otro lado” se ha convertido en un “otro lado”. ¡Qué extraño! Uno se imagina la habitación donde debe estar sonando el teléfono. Se lo imagina detalladamente: ve el sofá, la mesa baja sobre la que apoya los pies, la televisión constantemente encendida (a menudo a bajo volumen), ve el cenicero de su padre, las colillas de su padre, que no ha podido abandonar. ese viejo vicio, incluso ve a su padre sentado en el rincón del sofá donde se acomodó después de retirarse. Pero nadie coge el teléfono, el fijo porque al viejo no le gusta usar el móvil. Lo odia.



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