Bonos en jaque, el riesgo de gastar más

En los últimos días, La deuda pública en Europa ha experimentado movimientos significativos, especialmente en Alemania, reflejando cambios en las primas de riesgo y las tasas de interés. El desencadenante de esta venta inusual de bonos ha sido el anuncio de un giro agresivo en su política fiscal.
Alemania, tradicionalmente el bastión de la estabilidad fiscal en EuropaSorprendió al mercado con su decisión de aumentar significativamente el gasto de defensa. Este cambio de curso incluye la creación de un fondo de inversión en infraestructura de 500,000 millones de euros, una cifra que rompe con la moderación histórica del país en el gasto público.
Más allá de la tensión de los rendimientos de los bonos alemanes y más costoso su costo financiero, el mercado ya descuenta Un aumento en el suministro de deuda a mediano plazo y posibles presiones inflacionarias.
Para la ortodoxia presupuestaria alemana, este cambio es un giro radical que explica por qué la reacción del mercado no ha sido meramente especulativa. Hace veinte días, El Bund ofreció un rendimiento del 2.48%, muy por debajo del 2,835% registrado el viernes pasado, Marcando el mayor aumento en casi treinta años. Este movimiento abrupto ha infectado la deuda francesa y los bonos periféricos, a pesar del hecho de que las primas de riesgo se mantuvieron estables, causando un fuerte rebote en la pendiente de las curvas del gobierno.
En el otro extremo están aquellos que creen que esta transformación es justo lo que Alemania necesita. Con una industria manufacturera debilitada y claros signos de estancamiento secularEl compromiso con una política fiscal más expansiva ha llevado a BNP a revisar sus pronósticos de crecimiento para 2025 y 2026, colocándolos en 0.7% y 0.8% respectivamente, en comparación con 0.2% y 0.5% previamente estimados.
Alemania, tradicionalmente el bastión de la estabilidad fiscal en Europa, sorprendió al mercado con su decisión de aumentar significativamente el gasto de defensa
La receta de la política fiscal genera una fractura obvia entre aquellos que defienden que gastar más es la solución y aquellos que advierten sobre los riesgos de un camino insostenible. Tres décadas de sindicato monetario han demostrado que la deuda y los gastos pueden ser una adicción difícil de controlar en este momento, La opinión pública parece alinearse con la primera posición.
Con una deuda del 63% del PIB, algunos argumentan que Alemania tiene un margen de maniobra en comparación con las economías en la que el endeudamiento excede el 100%, ya que también tiene una trampa debido al hecho de que el gasto de defensa se suma al PIB, pero tiene una cláusula de escape de la estabilidad y el pacto de crecimiento por incumplimiento de los límites deficientes.
El keynesianismo, sin restar el valor de su propuesta teórica, no siempre funciona y en otras ocasiones lo hace la mitad. Japón y sus tres décadas son un recordatorio permanente. Si bien la política fiscal puede suavizar las fluctuaciones económicas, su efectividad Requiere una estrategia equilibrada que incluye un aumento en la presión fiscal.
Con una deuda del 63% del PIB, algunos argumentan que Alemania tiene un margen de maniobra en comparación con las economías donde el endeudamiento excede el 100%
De lo contrario, El deterioro de las finanzas públicas podría volverse estructural, como ha sucedido en Francia y España. El mensaje de un nuevo gobierno, recuerde de las minorías y la coalición, el mensaje debe ser claro ya que aumentar el gasto sin aumentar la colección es redistribuir sin crear.
Alemania ha disfrutado de un factor de doble estabilizador durante años: su baja necesidad de emisión y la percepción de su deuda como un refugio activo, incluso cuando los rendimientos de la deuda eran negativos. Sin embargo, si se activa el gasto, las emisiones lo harán en la misma proporción, lo que podría llevar a los inversores a buscar alternativas más atractivas. Estados Unidos ya está sufriendo este efecto durante años.
La retirada progresiva de sus principales financiadores, como Japón y China, está generando una creciente preocupación en los mercados. En un mundo donde la confianza es la base del mercado de bonos, Alemania está entrando en una nueva era en la que se probará su credibilidad fiscal y su reputación como refugio seguro.
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