CENAS DE NOCHEVIEJA | Cómo comer con tranquilidad en Nochevieja: las pautas que reducen ansiedad y digestiones pesadas según los expertos
Diciembre trae cenas, brindis y sobremesas largas. Y, con ellas, la salud mental también se sienta a la mesa. En estas fechas, además, se instala un fenómeno paralelo: las redes sociales se inundan de trucos exprés para compensar excesos, llegar más ligero a las celebraciones o deshincharse en tiempo récord.
[–>[–>[–>Come fácil en Navidad: consejos para reducir la ansiedad y la indigestión, según los expertos. / iStockPhotos
[–>[–>[–>
Entre los mensajes más repetidos aparecen propuestas como ayunos prolongados no supervisados, saltarse comidas durante horas o rutinas restrictivas con un objetivo claro: cambiar la apariencia física. El problema, advierten los especialistas, es que estas recomendaciones virales pueden convertirse en una trampa doble: nutricional y emocional. Porque no solo alteran el equilibrio del cuerpo, también tensionan la relación con la comida en un momento del año especialmente sensible.
[–> [–>[–>Por qué los retos de restricción se disparan
[–>[–>[–>
«Cada año se observa un aumento de contenidos que presentan la restricción como una solución. Este tipo de mensajes genera creencias erróneas y puede provocar ansiedad alimentaria, especialmente en personas jóvenes o en quienes ya sienten presión por su imagen», explica Carla Álvarez Llaneza, psicóloga de Sanitas. En esta época navideña, el cóctel es perfecto para que esa presión crezca: más eventos sociales, más exposición, más fotos, e incluso, más comparación. «Las redes amplifican la comparación con cuerpos idealizados. Cuando el valor personal se vincula al peso o a la apariencia, la relación con la comida se vuelve más tensa. Esa combinación, basada en presión estética y retos virales, incrementa las inseguridades y favorece la culpa tras cualquier comida», añade Álvarez Llaneza. Si un perfil te dispara comparaciones, ansiedad o culpabilidad, no es «motivación: es un detonante», sostiene. Ajustar a quién sigues y cuánto te expones, especialmente en días de más vida social, ayuda a proteger tu bienestar emocional.
[–>[–>[–>
Qué le pasa al cuerpo cuando te saltas comidas «para compensar»
[–>[–>[–>
Aunque el discurso viral suene simple («si hoy cenas mucho, mañana no comas»), el organismo no funciona como una calculadora. La ausencia de ingestas regulares puede alterar el metabolismo y aumentar el cansancio, los mareos o la irritabilidad. Además, puede disparar un efecto rebote frecuente: más probabilidad de comer de forma impulsiva cuando el cuerpo reacciona a la falta de nutrientes y busca energía rápida.
[–>[–>[–>A nivel mental, el impacto tampoco es menor. La restricción sostenida favorece pensamientos intrusivos sobre la comida y un malestar emocional que puede mantenerse más allá de las fiestas. Uno de los argumentos más habituales en redes es el de evitar la hinchazón a base de recortar comidas. Sin embargo, el enfoque es erróneo. «Saltarse comidas no disminuye la hinchazón. La regulación digestiva depende de la hidratación, del aporte adecuado de fibra y de una distribución regular de alimentos. Las restricciones bruscas suelen favorecer el malestar digestivo y desajustar el metabolismo», señala Andrea Azcárate, jefe de servicio de Endocrinología del Hospital Universitario Sanitas La Moraleja. En otras palabras: si lo que buscas es sentirte mejor, el camino suele ser el contrario al reto viral. Menos extremos, más rutina.
[–>[–>[–>

Elena Zapata prepara los aperitivos para una cena de Navidad en su casa de Barcelona. / Manu Mitru
[–>[–>[–>
Recomendaciones prácticas para cuidarte sin caer en la culpa
[–>[–>[–>
Los especialistas insisten en una idea clave: el bienestar durante estas fechas se sostiene con hábitos realistas, compatibles con celebraciones, y con seguimiento profesional si se quiere modificar de forma relevante la alimentación. Estas pautas ayudan a reducir riesgos nutricionales y emocionales:
[–>[–>
[–>- Trabaja la culpa: las comidas navideñas no son un examen. Forman parte de una tradición cultural donde compartir mesa es, sobre todo, compartir tiempo y vínculos. Vivir estos encuentros desde la celebración y no desde la vigilancia constante favorece una relación más equilibrada con la comida y reduce la autoexigencia.
- Mantén un patrón regular de comidas entre celebraciones: en los días entre cenas, sostener horarios estables y una nutrición suficiente reduce el hambre intensa y ayuda a evitar atracones o ingestas impulsivas. También facilita digestiones más ligeras: el cuerpo agradece la previsibilidad.
- Elige alimentos que favorezcan digestión y energía estable
[–>[–>[–>
Sin convertirlo en una dieta de castigo, hay elecciones que ayudan a sentirte mejor:
[–>[–>[–>- Verduras cocinadas y caldos suaves para aliviar pesadez.
- Frutas con fibra soluble (como manzana o pera) que pueden mejorar el tránsito y la sensación digestiva.
- Proteínas magras, que aportan saciedad sin cargar de más.
- Hidratos de absorción lenta (legumbres, avena) para sostener energía y evitar picos de hambre.
[–>[–>[–>
La actividad física moderada puede mejorar el estado de ánimo y facilitar la digestión, siempre que no se use con la lógica de quemar o compensar. Caminatas, movimiento suave o rutinas de baja intensidad funcionan mejor como cuidado que como castigo. También, la hidratación favorece la digestión y reduce la sensación de pesadez en días de comidas más copiosas. No es una solución mágica, pero sí un básico que suele olvidarse cuando hay horarios desordenados.
[–>[–>[–>
Celebra sin renuncia extrema (ni presión extra)
[–>[–>[–>
«Las celebraciones no deben vivirse desde la renuncia ni desde la exigencia extrema. Un enfoque equilibrado permite disfrutar de la comida sin culpa ni presión añadida. Proteger la salud también implica preservar el bienestar emocional y permitirse celebrar. En un contexto lleno de mensajes virales que promueven restricciones sin base, conviene recordar que las pautas alimentarias deben venir de un profesional y no de contenidos en redes», concluye Carla Álvarez Llaneza.
[–>[–>[–>
Porque, al final, el objetivo más sensato para estas fechas no es llegar más delgado, sino llegar más tranquilo: con rutinas que te sostengan, decisiones que no te castiguen y una relación con la comida que no dependa del scroll.
[–>[–>[–>
Puedes consultar la fuente de este artículo aquí