El efecto segunda piel se ha convertido en el nuevo estándar de belleza: bases de maquillaje que no parecen base de maquillaje, piel que respira y un acabado tan natural que nadie sabe dónde termina el maquillaje y comienza tu propia luminosidad. No se trata de usar menos producto, sino de aplicarlo de forma más inteligente y estratégica, aprovechando la textura real del rostro en lugar de intentar cubrirlo por completo.

El desafío es lograr ese equilibrio perfecto. entre uniformidad y naturalidad. Según los maquilladores más reconocidos, la clave no está en la cantidad de base, sino en la preparación previa, los puntos exactos donde se aplica y el gesto final con el que se deposita.

Uno de los consejos más repetidos por los profesionales es dejar parte de la piel libre. Centrarse en el centro del rostro es fundamental: aplica la base en los lados de la nariz, la parte superior de las mejillas y debajo de los ojos, difuminando hacia afuera sin agregar más producto. Evitar cubrir completamente la nariz y el contorno del rostro proporciona un frescor inmediato.

La preparación previa también marca una gran diferencia. Muchos maquilladores insisten en dedicar unos minutos a activar la piel con herramientas como rodillos faciales o incluso dispositivos de microcorriente, que afinan el óvalo, suavizan la textura y aportan luminosidad incluso antes del maquillaje. La piel pretratada requiere menos producto y mejora la mezcla de la base. Después, la regla es clara: polvo, justo lo necesario, aplicado con precisión en zonas precisas.

Al aplicar la base, la acción es tan importante como la fórmula. Muchos maquilladores usan los dedos para calentar el producto y lograr un acabado más orgánico. Otros recomiendan usa la esponja humeda sólo para el toque final: una pasada suave que unifica, elimina marcas y fija la base sin aportar espesor. Es este último gesto el que transforma el maquillaje en piel.

La estrategia también importa. En lugar de cubrir todo el rostro por igual, es mejor empezar por las zonas que más lo necesitan: rojeces, irregularidades, pequeñas imperfecciones. Luego simplemente mezclar con el resto sin añadir ningún producto. Esta técnica, defendida por los maquilladores, evita un tono completamente uniforme -que muchas veces delata el maquillaje- y permite la piel conserva su vida y naturalidad. El objetivo no es ocultarlo, sino resaltarlo.

Productos que potencian el acabado de segunda piel

Dispositivo facial FOREO BEAR™ 2

Es el único dispositivo con 4 tipos revolucionarios de microcorriente y diseñado para tonificar los 69 músculos de la cara y el cuello, para que su piel luzca más contorneada y suave. Es un dispositivo que también ayuda a mejorar las líneas de expresión y aumentar la firmeza.

Base de maquillaje Shiseido Revitalessence Glow

Es una de las bases de maquillaje más populares. De textura fluida y luminosidad natural que imita el brillo saludable del rostro. No cubre excesivamente, sino que unifica elegantemente, dejando presente la verdadera textura de la piel. Es de esas bases que mejora a lo largo del día, manteniéndose fresca, hidratada y sin marcar arrugas.

Esponja de Maquillaje Carolina Herrera

Es una esponja que te ayudará a conseguir un acabado natural en tu piel. Diseñada para lograr un acabado impecable con facilidad y precisión profesional, la esponja de base de Carolina Herrera es bimaterial y está diseñada ergonómicamente para adaptarse a cada paso de tu rutina.

Niebla fijadora reflectante de luz de Nars

Para fijar el acabado y darle el aspecto más natural posible, te recomendamos esta bruma de Nars. Una bruma liviana y multitarea diseñada para fijar el maquillaje, mientras hidrata y protege la piel.