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Con 16 años me apunté a las Juventudes Comunistas e iba a catequesis

Con 16 años me apunté a las Juventudes Comunistas e iba a catequesis
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  • Publishednoviembre 9, 2025



juan del val Es uno de los escritores y comunicadores más auténticos del panorama español. Su infancia y adolescencialejos de ser la típica historia dulce y nostálgica, se sitúan en el centro de multitud de entrevistas, libros y programas.

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Su historia es magnética porque inesperado y cercano: Del Val nunca ha tenido miedo de mostrar sus vulnerabilidades, ni de ocultar los fallos que forjaron su personalidad y su obra.

Juan del Val vino al mundo en Madrid y aunque tiene un profundo vínculo afectivo con la gente de Sorihuela del GuadalimarEn Jaén, donde veraneaba, sus primeros años estuvieron marcados por un sentimiento de «marginalidad«.

En sus propias palabras: «Siempre he tenido cierta tendencia, casi desde pequeño, a marginalidad y lo diferente, lo salvaje«.

El sistema escolar no lo entendió y sus calificaciones lo demostraron. «Él ‘muy pobre‘ fue mi nota más común. Entonces, de 37 en la clase, yo era el número 36. Y No era superdotado ni nada por el estilo.«.

Esa sensación de ser «lo raro» le acompaña aún hoy y ha explicado que «la diferencia«Es un tema que se intenta reivindicar en público.

Asegura que varios años de tratamiento psiquiátrico le ayudó a superar el dolor acumulado en aquella etapa, en la que «el sistema educativo siempre me colocó en la fila de los torpedel perezosoen resumen ‘los malos‘».

A lo largo de su vida, el referente imprescindible ha sido su madre, Ángelesquien lleva «más de 40 años trabajando con presos«. Ella le enseñó que la empatía y el esfuerzo valen más que cualquier etiqueta.

«Mi madre Ángeles, que tiene 40 años y yo 10, decide que va a ayudar a los presos», recuerda la autora. Este ejemplo marcó profundamente la Carácter solidario y luchador. de Juan del Val, que aprendió a no caer en el victimismo: «No debe entrar en tu vida».

El veranos en la ciudadrodeado de familiares y queridos vecinos, siguen siendo para él una fuente de felicidad imborrable: «ya nada es igualya no están, pero cada año que vengo estoy aquí un par de días un niño de ocho años atentos a la vida… Y el año que viene, otra vez. ¡Si Dios quiere!»

La adolescencia de Del Val fue una época turbulenta. entre el incomprensión y el huyendo de casabuscó asociaciones, convicciones y grupos con los que sentirse parte de algo.

El joven Del Val

Como él mismo ha relatado: «Con 16 años, mira qué desconcertante, me apunto al Juventud Comunista y yo también voy a catecismo para adultos. Cuando tenía 17 años terminé en obras de construcción, trabajando con carretillas de hormigón».

Este doble paso -comunismo y catequesis- es un claro reflejo de su necesidad de Explorar diversos caminos, ideologías y entornos.intentando buscar respuestas fuera del entorno familiar y escolar que poco le entendían.

No oculta que su adolescencia «la recuerdo como un sufriendo tortura y lo que me salvó fue psicoanálisis durante seis añosdos veces por semana.»

Juan del Val convirtió esas experiencias en literatura y en su apariciones públicasayudar a otras personas que se sienten diferentes y perdidas.

Hoy, sus libros y sus confesiones en la televisión generar debates y empatía porque parten de una verdad simple y poderosa: la vulnerabilidad no debe ocultarse.

la historia de juan del val Es también el de miles de niños que encuentran en la diferencia su mayor fortaleza.



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