CONVERSACIONES DE PAZ | Ucrania se suma al alto el fuego parcial con Rusia sobre infraestructuras energéticas

Ucrania encauza su relación con Estados Unidos. Washington se ha comprometido a mantener el suministro de información de inteligencia para que pueda defenderse de la invasión rusa. Es una promesa sustancial: las Fuerzas Armadas comandadas por Kiev pueden resistir un tiempo con las armas que tienen y luego eventualmente sustituirlas con envíos europeos; pero la información sobre las tropas atacantes es clave.
El movimiento crucial de Estados Unidos llega tras una llamada entre Donald Trump y Volodímir Zelenski en la que este último ha aceptado un alto el fuego de 30 días en ataques infraestructuras energéticas, acordado un día antes a su vez por Vladímir Putin con Trump. Ucrania ha presentado una lista de infraestructuras fuera de los límites de las bombas rusas. “Hemos instruido a nuestros equipos para que resuelvan los problemas técnicos relacionados con la implementación y ampliación del alto el fuego parcial”, ha dicho Zelenski en X. “Los equipos ucraniano y estadounidense están listos para reunirse en Arabia Saudita en los próximos días para continuar coordinando los pasos hacia la paz”. Así, la hoja de ruta estadounidense parece encarrilarse de nuevo.
El tono en público vuelve a ser optimista. Trump ha descrito la llamada de este miércoles con Zelenski como “excelente”. Asegura que “nunca se ha estado tan cerca de la paz” en Ucrania y que se están aproximando las posiciones de ambas partes gracias a su mediación. Zelenski también ha descrito la conversación en términos favorables: ha sido “positiva, muy sustancial y franca”, ha dicho. “Creemos que, junto con Estados Unidos, con el presidente Trump y bajo el liderazgo estadounidense, se puede lograr una paz duradera este año”.
Prisioneros ucranianos liberados por Rusia / Gobierno ucraniano
Este miércoles, el propio Zelenski ha compartido en sus redes sociales imágenes emotivas del reencuentro con sus familiares de 175 soldados ucranianos intercambiados por otros tantos rusos, como parte de la hoja de ruta hacia un alto el fuego acordada por las partes con Washington.
La única opción de Zelenski: hablar con Trump
A medida que pasan los días, la bronca inédita de Donald Trump a Volodímir Zelenski en la Casa a finales de febrero va cobrando más sentido. El presidente de Estados Unidos reconoció este martes que se trataba de ablandar a su homólogo ucraniano para que aceptara las negociaciones para un alto el fuego con Rusia.
«La llamada de Putin con Trump demuestra que no está dispuesto a hacer concesiones. Lo que esperamos es que, con el tiempo, Trump se dé cuenta de eso», opina Hennadiy Maksak
Una hoja de ruta que se decide siempre primero entre Washington y Moscú y, después, se pasa a Kiev para que se alinee. Así ocurrió cuando, el pasado 12 de febrero, Trump sorprendió al mundo con una llamada a Putin que daba al presidente ruso una clara ventaja negociadora, al excluir o posponer a los europeos y ucranianos. Volvió a ocurrir este martes, cuando sonó de nuevo el “teléfono rojo” entre Washington y Moscú en una conversación de dos horas y media en la que Putin desoyó el plan de Trump y le hizo conformarse con un alto el fuego a las infraestructuras energéticas. Y ha pasado de nuevo este miércoles con Zelenski: la llamada ha durado menos de la mitad, y ha consistido en buena parte en explicar y adaptar lo ya debatido con Putin el día anterior.
“Zelenski hace lo que tiene que hacer: proteger los intereses del país y seguir hablando con el presidente estadounidense, un país que ha dado ayudas importantes. Desgraciadamente, cada día que pasa está más claro que Trump prioriza a Putin”, opina en conversación con EL PERIÓDICO DE ESPAÑA Maria Kucherenko, analista senior del centro de pensamiento Come back Alive Ukraine. Para la experta, ha sido muy significativo el rechazo de Putin al alto el fuego completo que proponía Trump. “Ha quedado claro que Trump se equivocó con el chantaje al que sometió a Ucrania al retirarle la información de inteligencia: fue percibido por Putin como un signo de debilidad y una invitación a seguir poniendo exigencias encima de la mesa”.
«Trump quiere aparecer como un gran negociador de paz y llegar a un alto el fuego lo antes posible, pero no tiene ni idea de cómo hacerlo ni un plan claro», aporta Valeriy Pekar, profesor de la Kyiv Mohyla Business School. «Todas sus palabras de hoy sirven para econder un vacío estratético. Bajo estas circunstancais, la posición ucraniana es mostrar que está lista para la paz, poniendo sus líneas rojas sobre la mesa».
Mientras, la Unión Europea se muestra cauta. Considera que un alto el fuego parcial puede ser un paso en la dirección de una paz “justa, duradera y global”, en palabras del presidente del Consejo Europeo, António Costa.
Sin cambios sobre el terreno
Sobre el terreno, de momento, no hay cambios sustanciales. En la noche de este martes se volvió a producir un ataque masivo ruso sobre Ucrania, incluidos dos hospitales. Y Ucrania voló por los aires con drones un depósito de combustible en la región rusa de Krasnodar. Una muestra, dicen ambos, de la falta de voluntad negociadora de la otra parte.
“Nadie esperaba un cambio sobre el terreno tan pronto, hay demasiadas divergencias entre las dos posiciones, la del agresor y la del agredido”, aporta a este diario Hennadiy Maksak, del centro de pensamiento ucraniano Ukrainian Prism. “La táctica de Trump ha sido presionar al más débil y ponerle exigencias sobre la mesa. La llamada de Putin con Trump demuestra que no está dispuesto a hacer concesiones. Lo que esperamos es que, con el tiempo, Trump se dé cuenta de eso, de que ha agotado todas las vías diplomáticas con Rusia, y entonces podamos equilibrar la situación”.
La clave de las refinerías
El motivo por el que Putin ha cambiado un alto el fuego total propuesto por Estados Unidos y aceptado por Ucrania por uno que se limita a las infraestructuras energéticas es que estas son precisamente su talón de Aquiles en estos momentos. Ucrania ha lanzado drones de forma continuada contra refinerías y depósitos de combustible rusos. Según datos de la OTAN, el año pasado se redujo la capacidad rusa para refinar hidrocarburos en alrededor de un 17%, tras decenas de ataques ucranianos.
Solo en el pasado mes de enero, los drones y misiles ucranianos destrozaron el depósito de combustible de Engels, a mil kilómetros de distancia, que proveía a un aeródromo militar; varias plantas de producción de líquido de propulsión de cohetes en la región de Rostov; más depósitos en el área portuaria de Novorossiysk o en Kazan, una planta química en Bryansk… la lista es larga, y crece a un ritmo de un ataque cada pocos días.
Zelenski se ha mostrado de todos modos dispuesto este miércoles a cesar en los ataques contra las infraestructuras energéticas rusas, siempre que haya reciprocidad. Rusia lleva dos años librando una batalla total contra el sector energético ucraniano: lanza una lluvia de misiles diaria contra subestaciones y el tendido eléctrico, lo que, junto con la toma de centrales como la de Zaporiyia, ha mermado la capacidad de producción del país a la mitad de potencia.
Por el momento, y a falta de cerrar los detalles, la batalla continúa por tierra, mar y aire. Pero en las próximas semanas habrá reuniones clave que pueden hacer callar el sonido de las armas. Este domingo, los enviados estadounidenses se verán con los rusos en Arabia Saudí con la intención de extender el alto el fuego parcial.
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