La Inteligencia surcoreana informó este martes de que unos 5.000 militares norcoreanos han sido enviados a Rusia desde el pasado mes de septiembre en el marco de la cooperación entre ambos países, que han registrado un acercamiento en los últimos años.

El Servicio de Inteligencia Nacional de Corea del Sur ha indicado que se espera que estas tropas sean movilizadas para llevar a cabo trabajos de reconstrucción de infraestructuras en el contexto de la invasión rusa a Ucrania, a diferencia de otras tropas norcoreanas enviadas anteriormente al país, que sí participaron en los combates lanzados para recuperar la región de Kursk a principios de este año.

Se estima que 10.000 soldados norcoreanos han sido desplegados en la frontera entre Rusia y Ucrania para participar en misiones de vigilancia, mientras que otros mil están a cargo de operaciones de ingeniería y desminado.

Sin embargo, las Fuerzas Armadas norcoreanas han sufrido más de 6.000 bajas en su despliegue en la región rusa de Kursk, entre muertos y heridos, según una estimación «muy probable» difundida por los servicios de Inteligencia del Reino Unido hace dos semanas y que, en cifras, representaría más de la mitad de los 11.000 soldados que el régimen de Kim Jong Un envió inicialmente para ayudar a su aliado ruso en la lucha contra Ucrania.

Pyongyang envió estas tropas para contribuir a la defensa rusa tras la incursión militar ucraniana en la región de Kursk. El despliegue militar se limitó desde el principio al territorio ruso, aunque el grado de implicación y trabajo de las tropas norcoreanas ha variado con el tiempo.

Los expertos suponen que Corea del Norte intentará aprovechar las «oportunidades» que ofrece el conflicto a la hora de mejorar su propia capacidad militar, también en lo que representa el uso y despliegue de drones en operaciones reales de combate, como habría ocurrido con su supuesta colaboración en los bombardeos sobre la región ucraniana de Sumi.